ENIGMA EN LA CASA BLANCA

Y tras 24 días, Melania reapareció

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Idoya Noain

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Dado que el papel de primera dama de Estados Unidos no está oficialmente definido han sido las mujeres que han llegado a la Casa Blanca las que han ido creando parámetros, tradiciones, patrones... La actual, Melania Trumpha roto varios desde el principio, tardando meses en instalarse en el 1600 de la Avenida Pensilvania, o tomándose más tiempo que otras predecesoras para ir creando su agenda. Lo último, 24 días enteros sin una sola aparición en público, ciertamente no tiene precedentes.

El lunes la primera dama participó en la Casa Blanca en una recepción para familiares de militares fallecidos. Aunque era cerrada a la prensa, tanto la propia Melania como algunos invitados han compartido imágenes. Asistentes han contado también que se la vio como acostumbra, elegante (en un vestido negro) y sobre impresionantes tacones. La oficina de prensa de la Casa Blanca distribuyó un comunicado de la primera dama reconociendo formalmente a las familias y su sacrificio. Y se ha anunciado que este miércoles acompañara al presidente, Donald Trump, en una visita a las oficinas de la Administración Federal de Gestión de Emergencias (FEMA) para ver los preparativos ante la temporada de huracanes.

Rumores

De lo que sigue sin hablarse oficialmente es de lo que ha pasado desde el 10 de mayo, el último día en que se le había visto (recibiendo a tres estadounidenses liberados por Corea del Norte) antes de esta reaparición. Menos aún, de la intervención médica a la que se sometió por sorpresa el día 14 por una "afección benigna" de riñón y tras la que pasó hospitalizada cinco días (cuando lo habitual con intervenciones similares es dormir el primer día o como mucho el segundo en casa). Como información oficial solo se ha contado con el mensaje que la propia Melania colgó el miércoles pasado: "Quédense tranquilos, estoy aquí en la Casa Blanca con mi familia, sintiéndome bien y trabajando duro por los niños y el pueblo americano".

Era la respuesta a dosis ciertamente desatadas de rumorología, "especulación y sinsentido" que ha denunciado la secretaria de comunicación de la primera dama, Stephanie Grisham. Pero el intento del Ala Este de normalizar la ausencia de Melania, enmarcarla como parte de su vida como mujer "fuerte e independiente" o culpar a una prensa "rabiosa" es fallido. Alzar un muro de silencio puede frenar pero no evita la persistencia de interrogantes legítimos. Y nadie ha explicado aún por qué la primera dama, que el año pasado acompañó a su esposo a Sicilia a la cumbre del G-7, no estará este fin de semana en la que se celebra en Canadá.