LOS PRESIDENTE DE EEUU Y RUSIA, FRENTE A FRENTE

Putin y Trump frente al espejo

Trump y Putin

Trump y Putin / periodico

MARC MARGINEDAS / MOSCÚ

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Sobre el papel, Vladímir Putin y Donald Trump parecen haber cautivado a sus audiencias respectivas con planteamientos similares. “Hagamos grande otra vez a América”, era el lema de campaña del neoyorquino. “Devolvamos a nuestro país su papel de gran potencia”, podría muy bien rezar un imaginario eslogan electoral del actual líder del Kremlin en caso de presentarse como candidato en elecciones verdaderamente democráticas, algo impensable en la Rusia actual.

La inesperada victoria del millonario neoyorquino y su elección como nuevo presidente de EEUU ha devuelto a la actualidad la sintonía personal exhibida por ambos en los meses previos a los comicios. Muchos se preguntan si durante los próximos cuatro años, la democracia más poderosa del planeta experimentará un proceso similar al que se vivió en Rusia durante la década pasada, periodo en el que el Kremlin, poco a poco, fue atenazando y neutralizando al embrión de sociedad civil que se había desarrollado en el país después de la desintegración de la URSS.    

Lo cierto es que Putin y Trump comparten mucho. Lo primero, una afinidad personal primariaafinidad personal primaria, eso que se conoce comúnmente como “cuestión de piel”. Poseen un rasgo de personalidad que les acerca, denominado por los psicólogos como pulsión narcisista y que se resume en el “amor exaltado a uno mismo”, un hecho que facilita la comunicación mutua. En otras palabras, ven el mundo con las mismas gafas, y poseen un sistema de valores parecido.

RELACIÓN ENTRE EL DINERO Y EL PODER POLÍTICO

Entre estos principios compartidos se halla, sin duda, su concepto de la relación entre el poder político y el dinero. En ‘The New York Times', el comentarista Luigi Zingales explicaba en febrero que las estrategias empleadas por el magnate para "expropiar terrenos privados", y los beneficios fiscales que recibió gracias a "conexiones políticas" para construir su hotel Gran Hyatt en Nueva York equivalen a "capitalismo de amigos", un concepto comúnmente empleado por expertos y analistas a la hora de definir el sistema económico en la Rusia de Putin, donde los recursos son acaparados por personalides próximas al presidente.

Sin embargo, la periodista ruso-nortemericana Masha Gessen, fue más allá y definió a Rusia como un "estado-mafia"estado-mafia. "A diferencia del capitalismo de amigos, donde uno entra y sale de este conglomerado de relaciones político-económicas a voluntad, en Rusia, uno pertenece a la 'familia' o es adoptado por ella, pero nunca puede abandonarla a decisión propia", puntualizó la reportera, sacando a relucir casos de oligarcas caídos en desgracia como Borís Berezovski.

El lider ruso y el estadounidense reaccionan con idénticos actos reflejos a las críticas, hostigando a la prensa con acciones judiciales  o inspecciones fiscales. A mediados de octubre, Trump amenazó con llevar a los tribunales a 'The New  York Times' tras la publicación de un artículo sobre sus impuestos impagados. En Rusia, hace unos meses y después de recibir la visita de inspectores fiscales, Mikhail Prókhorov, propietario del conglomerado mediático RBK, que se había hecho eco de las investigaciones sobre la supuesta fortuna personal de Putin en Panamá, reemplazó a su equipo de redactores jefe.

En política exterior, Trump, que carece de conocimientos sobre relaciones exteriores, ha abogado por apoyar a Rusia y al régimen de Bashar al Asad en Siria, limitar el compromiso de EEUU para defender a los aliados de la OTAN y evitar la implicación de Washington en el conflicto ucraniano, algo que agrada al Kremlin. Gessen lo explica con una sucinta frase : "A este hombre no le interesa nada que no pueda entender".