Elecciones en Francia

¿Puede el Frente Nacional conquistar el Elíseo?

Marion Marechal-Le Pen (centro), sobrina de Marine Le Pen y candidata por la región de Provenza-Alpes-Costa Azul, pronuncia un discurso tras conocerse los resultados de la segunda vuelta electoral, en Marsella.

Marion Marechal-Le Pen (centro), sobrina de Marine Le Pen y candidata por la región de Provenza-Alpes-Costa Azul, pronuncia un discurso tras conocerse los resultados de la segunda vuelta electoral, en Marsella. / periodico

EVA CANTÓN / PARÍS

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El muro republicano con el que ha tropezado el Frente Nacional en la segunda vuelta de las elecciones regionales francesas ha impedido a la ultraderecha alcanzar su objetivo de ganar alguna de las seis regiones que encabezaron sus candidatos el pasado 6 de diciembre.

Sin embargo, ninguno de los rivales políticos de Marine Le Pen cantó victoria tras conocer los resultados porque, a pesar de haber parado el golpe, no han podido evitar que el Frente Nacional batiera este domingo su propio récord en número de votos al conseguir un total de 6.820.147 papeletas a nivel nacional, 200.000 más que en las presidenciales del 2012, hasta ahora su mejor marca.

El fracaso es por tanto relativo porque, elección tras elección, el partido no deja de sumar votantes y, aunque la falta de aliados le impide romper el techo de cristal del 50% y vencer en la segunda vuelta, seduce a capas sociales cada vez más heterogéneas y avanza firme en su conquista territorial. Si desde el 2010 contaba con 118 consejeros regionales, a partir de ahora este número se multiplicará por tres.

Además, ha revolucionado el paisaje político en dos regiones clave, Norte-Paso de Calais-Picardía y Provenza-Alpes-Costa Azul, que no tendrán representantes socialistas durante seis años al retirarse de la contienda para frenar el paso a la ultraderecha. Marine Le Pen conserva pues intactas todas sus posibilidades para superar con éxito la primera vuelta de las presidenciales del 2017 sea quien sea su contrincante, según un reciente sondeo. Sin embargo, parece poco probable que llegue al Palacio del Elíseo.

DEBILIDADES

A pesar de un contexto favorable, en el que el nivel de paro, el azote del terrorismo, los flujos migratorios y la inseguridad figuran entre las principales preocupaciones de los franceses, la formación ultraderechista muestra debilidades. En primer lugar, tiene cuentas pendientes con la justicia. La más preocupante, relacionada con la supuesta financiación ilegal del partido.

A ello se añaden las tensiones internas entre las diferentes tendencias de la formación a la hora de definir las políticas económicas o la postura oficial sobre asuntos como la inmigración, la homosexualidad, la pena de muerte, el conflicto palestino israelí e incluso el laicismo, según explican los politólogos Sylvain Crépon, Alexandre Dézé y Nonna Mayer.

DISCURSO ANTISISTEMA

Por otro lado, para conquistar el poder el FN necesita superar el escollo de un sistema electoral mayoritario a dos vueltas y por lo tanto fraguar alianzas. “Pero esa perspectiva no parece por ahora compatible con el discurso antisistema de sus dirigentes”, añaden los expertos.

En cualquier caso, las regionales han dado el pistoletazo de salida de la batalla hacia el Elíseo, porque hasta entonces no hay ninguna convocatoria electoral más y todos los partidos se apresuran a sacar las consecuencias del reciente veredicto de las urnas.

SARKOZY, DEBILITADO

En el campo de Los Republicanos de Nicolas Sarkozy, que ha logrado con sus aliados centristas vencer en siete regiones, se auguran turbulencias. El expresidente francés anunció este lunes un nuevo equipo del que estará excluida la actual número dos, Nathalie Kosciusko-Morizet, muy crítica con la estrategia electoral de su jefe de filas. “Pensar que el partido se refuerza con una depuración es una vieja idea estalinista”, reaccionó la interesada.

Un resultado más modesto de lo esperado ha debilitado el liderazgo de Sarkozy, que el 2016 tendrá que medirse en unas primarias con otros cuatro aspirantes a encabezar el cartel al Elíseo, entre ellos el exprimer ministro Alain Juppé, hoy por hoy su principal rival, a quien no le pareció “una buena respuesta” la salida de Morizet del núcleo duro del partido.

PLAN GUBERNAMENTAL POR EL EMPLEO

Mientras, el Partido Socialista ha salvado los muebles manteniendo a la izquierda en cinco regiones, pero el primer ministro Manuel Valls evitó este domingo cualquier muestra de triunfalismo para seguir combatiendo el avance del Frente Nacional.

Descartada la hipótesis de una remodelación gubernamental, el Ejecutivo prepara ya una primera respuesta con un plan de urgencia para estimular la creación de empleo que podría ver la luz a finales de enero. En el tercer trimestre del 2015, el paro llegó al 10,2%, su nivel más alto desde 1997.