Elecciones en la isla francesa

Los nacionalistas corsos arrasan en la primera vuelta de las regionales

El candidato nacionalista Guy Talamoni vota en Bastia (Córcega).

El candidato nacionalista Guy Talamoni vota en Bastia (Córcega). / periodico

Eva Cantón

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El nacionalismo corso sigue avanzando. La primera vuelta de las elecciones regionales celebradas este domingo consolida en el poder a la coalición liderada por el autonomista Gilles Simeoniautonomista Gilles Simeoni, presidente saliente del Consejo ejecutivo de la isla, y el independentista Jean-Guy Talamoniindependentista Jean-Guy Talamoni, actual presidente de la Asamblea corsa.

La lista de Pè a Corsica (Por Córcega) ha logrado el 45, 36% de los votos, según los resultados definitivos, diez puntos por encima de la marca alcanzada en diciembre del 2015, fecha que marcó la histórica entrada del nacionalismo en las instituciones de la isla tras cuarenta años marcados por la violencia. 

"Esta noche, más que nunca, debemos ponernos al servicio de todos los corsos porque Córcega se construirá entre todos", ha dicho Gilles Simeoni poco después de conocerse los primeros datos del escrutinio. "Es un proceso histórico. La sociedad corsa va hacia la emancipación con propuestas que van en el sentido de la historia", ha subrayado.

Simeoni, un líder moderado y pragmático que goza de una gran popularidad en la isla, ha puesto de relieve el "combate" llevado a cabo durante décadas y el trabajo realizado en los dos años que los nacionalistas llevan en el poder. De paso, ha lanzado su primer mensaje a París: "Ha llegado el momento de abrir un diálogo".

Hacia el estatuto de autonomía

En su programa electoral, la coalición liderada por Simeoni propone negociar en tres años un verdadero estatuto de autonomía aplicable en diez, obtener una ley de amnistía para los que consideran presos políticos y la cooficialidad de la lengua corsa. Sus demandas exigen revisar la Constitución francesa y hasta la fecha el presidente francés, Emmanuel Macron, ha mantenido un absoluto silencio sobre el delicado ‘dossier’ corso.

Las otras seis candidaturas que se disputaban el voto de unos 234.000 electores para elegir a los 63 nuevos miembros de la Asamblea, han quedado muy por detrás de la coalición gobernante. La derecha regionalista encabezada por Jean Martin Mondoloni ha logrado el 14,97% ; la otra lista conservadora, apoyada por Los Republicanos, se ha quedado en el 12,77%  mientras que el candidato del partido de Macron, La República en Marcha, Jean Charles Orsucci, ha logrado un 12,26%.

El partido nacionalista independentista U Rinnovu, que no se integró en la coalición del tándem Simeoni-Talamoni, ha perdido su apuesta de arrastrar al sector más joven y radical del independentismo al no haber superado, por poco (6,69%), la barrera mínima del 7% necesaria para pasar en solitario a la segunda vuelta, que tendrá lugar el próximo 10 de diciembre.

Nuevo reto institucional

Córcega se convertirá el 1 de enero del 2018 en una única entidad territorial dotada de más peso político y económico, fruto de la fusión entre la administración regional y los dos departamentos actuales. El próximo equipo gubernamental tendrá en sus manos un reto político e institucional de gran calado.

Pese a la relevancia del escrutinio, la jornada ha estado marcada por una abstención récord del 48%, sin duda debido al agotamiento de los votantes tras un periodo electoral especialmente cargado, con presidenciales y legislativas además de elecciones primarias.

El resultado de las urnas parece confirmar que el votante nacionalista estaba más motivado que el resto. "He venido a votar por Córcega, por la libertad de muchas personas encarceladas y también por una autonomía al principio y la independencia después", comentaba Gaëtan, un viejo militante corso de 75 años, a las puertas del mismo colegio electoral de Simeoni y Talamoni.

Los candidatos nacionalistas aprovecharon la soleada mañana para saludar a los vecinos y pasear por la colorida plaza del Mercado en la que se vendían todo tipo de productos locales. Claro que también había quien les miraba con recelo. "No comparto sus opiniones. Es mejor que Córcega siga como está. ¿Qué sería de nosotros sin Francia?", se preguntaba Marie Laure, de 57 años después de haber dejado su papeleta en la urna. "Yo soy francesa antes que nada", sentenciaba.

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