LA UNIÓN, EN LA ENCRUCIJADA

El polaco Tusk, reelegido presidente de la UE pese al rechazo de Polonia

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SILVIA MARTINEZ / BRUSELAS

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El polaco Donald Tusk seguirá siendo hasta finales de 2019 presidente del Consejo Europeo. Los Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea lo han acordado este jueves por aplastante mayoría -27 contra 1- pese al boicot de su propio país, Polonia, por impedir su renovación por otros dos años y medio por razones de política interna. El Gobierno que dirige Beata Szydlo, pero lidera en la sombra el presidente del partido ultranacionaciolista Libertad y Justicia (PiS) Jaroslaw Kazynski, se ha quedado solo y completamente aislado.

“Les agradezco su gran apoyo en estas circunstancias inusuales. Su decisión es una expresión de unidad. Trabajaré con todos ustedes sin ninguna excepción porque soy un verdadero devoto de una Europa unida”, ha prometido Tusk entre aplausos de sus colegas nada más entrar en la sala donde minutos antes era confirmado en el cargo. Enfrente una cabizbaja y seria Beata Szydlo se ha tenido que tragar el resultado aunque ha intentado hasta el último momento bloquear la reelección.

Sus explicaciones no han convencido absolutamente a nadie. Ni siquiera a su vecino, el siempre polémico y habitual aliado, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ni a la díscola 'premier' británica, Theresa May, en proceso de salida de la Unión Europea. “27 han dicho que consideran a Tusk como el presidente adecuado pero Polonia no se ha unido”, resumía la cancillera alemana, Angela Merkel, que ha recordado que buscar el consenso no significa abusar imponiendo el bloqueo y menos cuando el Tratado estipula que la decisión puede adoptarse por mayoría cualificada.

POLONIA MANTIENE EL DESAFÍO

Pese al fracaso, Polonia no se da por vencida. “Defenderemos nuestros principios incluso aunque estemos solos o acompañados por unos pocos”, advertía Szydlo tras la primera sesión de la cumbre anunciando que no aceptarán las conclusiones del Consejo Europeo. Una maniobra que obligará previsiblemente a buscar alguna fórmula jurídica para que tengan validez. Desde Varsovia, el propio Kaczynski acusaba a Alemania de imponer su poder en la decisión para garantizar la reelección.

Tusk, cuyo mandato expiraba el 31 de mayo, es muy consciente de la animadversión total que genera en las filas del PiS pero aún así ha garantizado que cooperará “con todos los miembros del Consejo Europeo” y que hará “todo lo que pueda para proteger al Gobierno polaco del aislamiento político” en Bruselas. Pese a esta mano tendida, también ha recordado a los dirigentes polacos que lo que se necesita ahora en Europa son “actitudes políticas responsables y nacionales” y ha dejado esta advertencia: “Cuidado con los puentes que quemas porque una vez quemados no se podrán cruzar de nuevo”.

La campaña polaca contra Tusk no es nueva pero alcanzó su punto álgido el pasado sábado cuando Varsovia anunció la candidatura alternativa del eurodiputado polaco Jacek Saryusz-Wolski. El miércoles Szydlo atacaba a Tusk denunciando su falta de neutralidad e imparcialidad con Polonia acusándole de sobrepasar “sus poderes europeos” y utilizar “su autoridad como jefe del Consejo Europeo para intervenir en cuestiones nacionales internas”. La campaña ha terminado en rotundo fracaso. “No queremos convertirnos en rehenes de la política nacional dentro de Polonia. Parece más bien una guerra de tronos”, ironizaba la presidenta lituana Dalia Gribauskaite.

DECISIONES POR CONSENSO

Aunque Varsovia llegaba proclamando a la cumbre que no es posible nombrar a un presidente del Consejo Europeo sin el consentimiento del país de procedencia, "no es nada excepcional" que los nombramientos se produzcan sin consenso. Así fue por ejemplo la elección del presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, que obtuvo el voto en contra de David Cameron y de Viktor Orbán. La pataleta ha sorprendido a los Estados miembros han asistido atónitos a una batalla interna que nace de la inquina personal de Kaczynski con Tusk.

“Yo no soy responsable del choque. Se cual es mi papel como presidente del Consejo Europeo. Soy y seré imparcial políticamente neutral con todos los Estados miembros. He tratado de serlo y creo que lo he conseguido” pero “al mismo tiempop soy responsable de defender los valores europeos", advertía el miércoles Tusk.