Escandalo en la Iglesia chilena

El Papa expulsa a un cura acusado de abusos sexuales

Fernando Karadima era párroco de una de las comunas más acomodadas de Santiago, con fuertes vínculos con la derecha

El sacerdote Fernando Karadima.

El sacerdote Fernando Karadima. / periodico

Abel Gilbert

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El papa Francisco expulsó del sacerdocio a Fernando Karadima, el párroco de una de las comunas más acomodadas de Santiago de Chile que años atrás se convirtió en la punta del iceberg del escándalo que sacudió a la iglesia de ese país por abusos sexuales contra menores. Las denuncias contra Karadima provocaron en su momento estupor en la elite económica chilena que lo tenía como su gran referente y confesor.

"El papa Francisco ha dimitido del estado clerical a Fernando Karadima Fariña, de la Archidiócesis de Santiago de Chile. El Santo Padre ha tomado esta decisión excepcional en conciencia y por el bien de la Iglesia", señala el comunicado de la Oficina de Prensa de la Santa Sede. A Karadima ya se le ha notificado de esta decisión.

El pontífice, se consigna en el texto, obró de manera “excepcional” y “por el bien de la Iglesia”. Ejerció  “su potestad ordinaria, que es suprema, plena, inmediata y universal en la Iglesia”. Siete años atrás, el mismo Vaticano había declarado a Karadima culpable de los delitos que lo expulsaron del cielo de las clases altas chilenas. Pero entonces, fue solo sentenciado a una vida de penitencia y oración. Todavía era un protegido del poder, al punto que evitó la prisión por oscuros manejos económicos.

Las primeras denuncias por abusos sexuales en contra de Karadima provocaron un revuelo en Chile. Eso ocurrió en 2004, pero fue recién en 2010 que un destacado médico, James Hamilton, apareció en el programa televisivo “Tolerancia Cero” para contar lo que le había ocurrido con el sacerdote.

Los escándalos por pedofilia sacuden a la Iglesia católica. En las últimas semanas fueron expulsados cuatro curas. Pero el estupor no cesa. Horas antes de conocerse la decisión tomada por Francisco, el semanario The Clinic reveló en sus páginas el instructivo del arzobispado que, bajo el título de “Orientaciones que fomentan el buen trato y la sana convivencia pastoral”, aconseja a los sacerdotes evitar con los feligreses “abrazos demasiado apretados; dar palmadas en los glúteos, tocar el área de los genitales o el pecho; recostarse o dormir junto a niños, niñas o adolescentes; dar masajes; luchar o realizar juegos que implican tocarse de manera inapropiada; abrazar por detrás; besar en la boca a los niños, niñas, adolescentes o personas vulnerables”. La directiva, que tiene un nombre en latín, Instrumentum Laboris, y está firmada por el cardenal Ricardo Ezzati.