Análisis

Otra oportunidad perdida para Israel

ROSA MASSAGUÉ

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«No hay compasión o respeto hacia el débil en Oriente Próximo; quien no es capaz de defenderse a sí mismo, no tiene una segunda oportunidad». La frase no es del desaparecido líder palestinoYasir Arafat,ni del actual presidente del dividido ente árabe,Mahmud Abbas, ni menos aún del líder del gueto de Gaza y jefe de Hamás,Ismail Haniyeh.

Es una antigua frase deEhud Barak,primer ministro laborista de Israel cuando la pronunció y hoy ministro de Defensa en un Gobierno conservador dominado por los partidos más ultras. Como titular de la cartera bélica, el autor de la frase es también el responsable del asalto a la flotilla que aspiraba a aliviar el sitio al que están sometidos el millón y medio de habitantes de Gaza. Aunque antiguas, aquellas palabras resumen el estado de ánimo de un Israel que se considera víctima asediada por unos enemigos con los que solo vale el uso de la fuerza e incomprendida por el mundo que condena sus acciones y lo aísla.

El rechazo a la comisión internacional de investigación propuesta porBan Ki-moonsobre lo ocurrido a bordo delMármara Azul, en la que Israel participaría junto a EEUU y Turquía, forma parte de este victimismo estéril y contraproducente.

Nada se ha aprendido de lo ocurrido con elInforme Goldstoneacerca de la operación Plomo Fundido sobre las violaciones de los derechos humanos durante la ofensiva contra la franja de Gaza entre 2008 y 2009.

Como en ocasiones anteriores, el Gobierno deBinyamin Netanyahuse negó a cooperar por considerar que se le condenaba de antemano pese a las garantías que podía ofrecer su presidente.Richard Goldstonees un juez surafricano que se ganó el prestigio internacional al frente de la comisión que investigó la violencia policial en su país durante elapartheidy los primeros años de la transición a una democracia multirracial. Mereció también respeto como primer fiscal del Tribunal Penal Internacional para la ex-Yugoslavia y Ruanda.

En el caso de Gaza, aceptó solo cuando consiguió que su cometido no se limitara a la actuación de las tropas israelís y se ampliara a las fuerzas palestinas.Goldstoneno solo no tiene prejuicios antiisraelís. Es judío y ha colaborado en su país con organizaciones sionistas. Ni así.Netanyahudejó escapar la ocasión para defender su actuación.

OTRA FRASE que viene a cuento es la célebre deAbba Eban en 1973. Según el exministro de Exteriores israelí, «los árabes nunca pierden una oportunidad de perder una oportunidad». Hoy es valida, aunque es ampliable más allá de los árabes. Es reflejo de la política deNetanyahuy aliados, comoAvigdor Lieberman, autores, segúnHaaretz,de un asedio sobre la democracia israelí.