El oligarca ruso Abramovich, próximo a Putin, obtiene la nacionalidad israelí
Marc Marginedas
Periodista
Premio 'Cirilo Rodríguez' al mejor corresponsal en el extranjero (2013), Premi Nacional de Comunicació (2013) y Premio Luka Brajnovic de Periodismo (2019). Autor de 'Periodismo en el campo de batalla: 15 años tras el rastro de la yihad'. Protagonista del documental 'Regreso a Raqqa' (2022)
Marc Marginedas
Roman Abramovich, uno de los hombres más ricos de Rusia y propietario del club de fútbol Chelsea, acaba de recibir la nacionalidad israelí, según ha informado la prensa del país hebreo. Tras experimentar retrasos la concesión de su visado en el Reino Unido, el empresario ha hecho valer su condición de judío para obtener el pasaporte de Israel, que le permitirá viajar a Gran Bretañay al resto de países europeos para cortas estancias. Tras la tentativa de envenenamiento del exagente ruso Serguéi Skripal, el Gobierno de Theresa May está revisando las condiciones de estancia de destacados empresarios rusos próximos al Kremlin con propiedades e intereses en territorio británico.
Según la página web Ynet, perteneciente a Yedioth Ajaronot, uno de los principales rotativos israelís, Abramovich ha aterrizado este lunes en Tel-Aviv ha comprado una propiedad en esa ciudad y ha recibido ya los documentos que acreditan su nueva nacionalidad. Israel concede automáticamente la nacionalidad a todos aquellas personas de creencia judía que están dispuestos a instalarse en su territorio. El magnate es el 11º empresario más rico de Rusia, según Forbes, con una fortuna valorada en 10.800 millones de dólares. Es una persona discreta,aunque se le supone una gran cercanía con el presidente, Vladimir Putin.
Reacción del Kremlin y de Londres
Moscú se ha abstenido de comentar la noticia. Preguntado al respecto, el portavoz presidencial, Dmitri Peskov, se ha limitado a declarar: "El Kremlin no tiene ninguna opinión al respecto; un empresario ha recibido la nacionalidad israelí; ¿y qué? es su derecho", ha comentado el representante ruso. Londres, por su parte, ha advertido a Abramovich que el pasaporte israelí no le concede el derecho de trabajar en el Reino Unido, según ha informado el rotativo The GuardianThe Guardian. "Quienes tienen un pasaporte israelí son ciudadanos sin visado, es decir, no requieren de un visado para venir al Reino Unido por un periodo máximo de seis meses", ha asegurado un repesentante de Downing Street. "Los israelís necesitan un visado si quieren vivir, trabajar o estudiar", ha recalcado.
Las autoridades británicas guardan silencio respecto al caso de Abramovich, quien hasta hace poco disfrutaba de un visado de 40 meses concedido a quienes hayan invertido en la economía del país más de dos millones de libras esterlinas. Medios británicos han especulado que una de las razones del retraso en la renovación de su visado británico es la posibilidad de que las autoridades migratorias le hayan preguntado por el origen de su fortuna. El deterioro de las relaciones entre Londres y Moscú debido al caso Skripal ha provocado ya una masiva expulsión de diplomáticos rusos de una veintena de países occidentales, incluyendo a España.
Abramovich amasó su fortuna en Rusia en los turbulentos años 90, gracias a sus negocios en el sector del petróleo. Su salida del anonimato casi coincidió en el tiempo con la aparición de Vladimir Putin en la escena política de Rusia, quien en verano de 1999 había sido nombrado primer ministro y sucesor del entonces presidente Boris Yeltsin. En el 2003, compró el club de fútbol Chelsea, y lo convirtió en uno de los más importantes de la liga inglesa.
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