Adiós a una figura histórica

Trump despide a Castro como un "brutal dictador"

El presidente electo no da detalles de si mantendrá la normalización de relaciones con Cuba iniciada por Obama

El presidente cubano, Raúl Castro, con su homólogo estadounidense, Barack Obama, el pasado mes de marzo en La Habana.

El presidente cubano, Raúl Castro, con su homólogo estadounidense, Barack Obama, el pasado mes de marzo en La Habana. / periodico

IDOYA NOAIN / NUEVA YORK

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Primero llegó un tuit, exento de cualquier rastro de diplomacia. "¡Fidel Castro está muerto!” 

Tres horas después, un comunicado, donde al fallecido líder cubano se le definía como “un brutal dictador que oprimió a su pueblo durante casi seis décadas” y que deja como “legado pelotones de fusilamiento, robo, sufrimiento inimaginable, pobreza y la negación de derechos humanos fundamentales”. Tras los dos mensajes está Donald Trump, el presidente electo de Estados Unidos y el hombre que a partir del 20 de enero debe decidir qué rumbo toman las relaciones con Cuba que su predecesor, Barack Obama, decidió restablecer en diciembre de 2014 tras casi seis décadas.

Esa decisión es, como muchas otras que deberá tomar un magnate inmobiliario sin experiencia en política, una incertidumbre. Y no se ha despejado en su reacción a la muerte de Castro, en la que, sin entrar en detalles, Trump solo ha asegurado que su Administración "hará todo lo que pueda para asegurar que el pueblo cubano puede finalmente empezar su viaje hacia la prosperidad y la libertad”.

Obama, que en un ejercicio de equilibrio retórico ha definido a Castro como “una figura singular”, ha optado por defender su acercamiento a la isla y recordar a los cubanos que “tienen un amigo y socio en EEUU”. Trump y su equipo de transición, mientras, no han dicho ni una palabra sobre si se dará marcha atrás a algunas de las medidas del deshielo, desde la que ha dado luz verde a 90 vuelos comerciales directos diarios entre EEUU y la isla o la que permitió inversiones. Y aunque se especula con que la mente de empresario de Trump le inclinará a mantener siquiera parcialmente la ruta abierta hace cerca de dos años, de momento todo lo que hay son promesas que hizo en la campaña, en la que, sobre todo en la recta final, endureció el mensaje.

REVERTIR LAS ÓRDENES EJECUTIVAS

“Todas las concesiones que Obama ha dado al régimen de Castro se hicieron con órdenes ejecutivas, lo que significa que el próximo presidente puede revertirlas, y es lo que haré a no ser que el régimen de Castro cumpla nuestras demandas. No mis demandas, nuestras demandas”, dijo Trump en septiembre. Hablaba en Miami, donde el 8 de noviembre recibió el contundente apoyo de la parte dura del exilio. Y es a esa comunidad a la que también ha hecho un guiño en su declaración tras la muerte de Fidel Castro, mencionando expresamente a los veteranos que la CIA formó y armó para intentar la fallida invasión de Bahía de Cochinos en 1961.

Tras la elección, Trump también ha dado señales de endurecimiento. Ha incluido en su equipo de transición del Departamento del Tesoro a Mauricio Claver-Carone, un abogado y lobista que es férreo defensor de mantener el embargo, que ha dicho que el presidente electo probablemente anulará las órdenes “descaradamente inconsistentes con las leyes estadounidenses”. Con el Congreso en manos republicanas, cualquier esperanza de levantar o relajar el bloqueo se disipa.