Las consecuencias del temporal

Obama supera la prueba del huracán

Imagen aérea de los efectos de 'Sandy' en la localidad de Atlantic City.

Imagen aérea de los efectos de 'Sandy' en la localidad de Atlantic City.

RICARDO MIR DE FRANCIA
WASHINGTON

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Era el presidente Barack Obama quien más tenía que ganar o que perder con la gestión política del huracán Sandy y, aunque es pronto para saber cómo reaccionará el electorado, todas las señales sugieren que ha superado la prueba. Tras suspender su campaña el lunes, Obama se puso los galones de comandante en jefe, manteniéndose en comunicación constante con los gobernadores de los estados afectados o acelerando el papeleo para que lleguen las ayudas oficiales. Más claroscuros presenta la gestión de Romney, cuyo impulso de las últimas semanas podría haberse frenado.

El encaje no ha sido fácil para ninguno de los contendientes, obligados a detener la campaña en el momento más crucial y a coreografiar meticulosamente sus acciones para que no fueran interpretadas como una falta de respeto para las millones de personas afectadas por la devastación. Pero Obama parece haber jugado bien sus cartas.

Ha firmado sin dilación la declaración de zona catastrófica para 11 estados, ha coordinado por videoconferencia desde la Situation Room de la Casa Blanca el trabajo de los responsables de emergencias y ha transmitido empatía a los ciudadanos de la costa este.

«América está con vosotros», dijo ayer tras una visita al cuartel general de la Cruz Roja, después de precisar que la tormenta todavía no ha pasado. Pero quizás más importante fue que pidiera a los funcionarios del Gobierno que se olviden de los trámites para poner en marcha las ayudas. «Ni burocracia ni papeleo», dijo pronunciando dos de las palabras que más detestan los estadounidenses, y no solo los conservadores.

CAMPAÑA CAMUFLADA / La mejor recompensa política a su gestión le ha llegado de uno de sus críticos más acérrimos, el lenguaraz gobernador de Nueva Jersey, Chris Christy, que dijo ayer que su gestión había sido «extraordinaria». Christy explicó a la NBC que habló personalmente tres veces con Obama el lunes y que el presidente incluso le dio su número directo de la Casa Blanca por si necesitaba cualquier cosa. «Nos ha respaldado y ha ayudado a nuestro estado de una forma increíble, y ni una sola vez sacó el tema de las elecciones», dijo después a la CNN.

Romney, en cambio, ha jugado a la ruleta en sabbath, cuando no es kosher eso de ir al casino. Con la campaña suspendida desde el lunes, ayer organizó un evento para recaudar fondos para la Cruz Roja y ayudar a las víctimas del huracán. Pero mientras algunos ciudadanos, obviamente seguidores suyos, llevaban latas de comida y sacos de arroz por las pantallas del gimnasio, salía un vídeo que presentaba al republicano como un dirigente «carismático» y «auténtico». Es decir, estaba haciendo campaña, solo que camuflada un poco torpemente.

Si no es así, se preguntaban ayer algunos en la red, por qué no celebró el acto en Connecticut, uno de los estados golpeados por la tormenta y vecino a Massachusetts (donde fue gobernador) pero también de tradición demócrata.

Sus asesores, además, tuvieron que responder a unas palabras de Romney pronunciadas durante las primarias, cuando sugirió que se debería eliminar la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA) y transferir sus funciones a los estados. La FEMA es la agencia encargada de llevar la ayuda a las zonas devastadas por las catástrofes naturales, como esta última de Sandy.

La campaña respondió asegurando que no eliminará la FEMA, pero también precisó que Romney prefiere que sean los estados los que asuman sus funciones.