Obama celebra el triunfo de la diplomacia tras el acuerdo con Irán

Las grandes potencias llegan a un acuerdo histórico con Teherán para restringir su programa nuclear

Obama y Biden.

Obama y Biden. / periodico

RICARDO MIR DE FRANCIA / WASHINGTON

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Después de un largo y tortuoso proceso de negociaciones que se ha extendido durante casi dos años, Irán y el Grupo del 5+1 (Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania) han cerrado este martes un acuerdo nuclear con connotaciones históricas. El pacto restringirá severamente durante más de una década el programa nuclear iraní, a cambio de un levantamiento del grueso de las sanciones que han estrangulado su economía. Desde todas las cancillerías implicadas se ha saludado el acuerdo, una entente que debería servir para neutralizar temporalmente uno de los conflictos que, en varias ocasiones durante los últimos años, ha estado a punto de abocar al mundo a una nueva guerra.  

Nada de esto hubiera sido posible sin los riesgos que ha asumido el presidente Barack Obama que, desde su llegada al poder, buscó el acercamiento a los enemigos históricos de EEUU. O tampoco sin el pragmatismo de su homólogo iraní Hassan Rouhani, cuya apuesta por la distensión ha permitido que los diplomáticos de ambos países negociaran con franqueza.  

"En dos años de negociación, EEUU y la comunidad internacional han logrado lo que décadas de animosidad no consiguieron: un acuerdo integral a largo plazo que impedirá que Irán obtenga un arma nuclear", declaró Obama en una comparecencia desde la Casa Blanca. El acuerdo será ahora enviado al Congreso, que tendrá dos meses para aprobarlo o rechazarlo. Allí le espera una oposición furibunda de algunos sectores republicanos y demócratas, aunque Obama ha repetido esta mañana que vetará la decisión del Congreso si rechaza el acuerdo. Todo apunta, sin embargo, a que tendrá suficiente respaldo al final para poder ratificarlo. 

Rouhani aseguró desde Teherán que con el acuerdo "se levantarán todas las sanciones", uno de los puntos que más controversia había generado. "El diálogo constructivo funciona. Con esta crisis innecesaria resuelta, tenemos por delante nuevos retos compartidos", escribió en Twitter tras definir el acuerdo como "bueno".  EEUU y sus socios se han asegurado, sin embargo, que si Irán incumple alguno de los puntos del pacto, las sanciones se reinstaurarán de forma automática. 

Con las restricciones detalladas en el documento de más de 100 páginas cerrado en el Hotel Palais Coburg de Viena, donde las partes han negociado casi ininterrumpidamente desde hace 18 días en esta última ronda de conversaciones, la comunidad internacional ha logrado retrasar el tiempo que necesitaría Irán para fabricar una bomba. De los dos o tres meses actuales, se pasaría a más de un año, con el añadido de que el acuerdo refuerza sensiblemente el régimen de inspecciones.

Los inspectores internacionales, que provendrán únicamente de países que mantengan relaciones diplomáticas con Teheran mantenga (lo que excluye a EEUU), tendrán también acceso a las bases militares iranís. "Bajo ninguna circunstancia, Irán buscará, desarrollará o adquirirá armas nucleares", aseguró la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini. 

Una de las incógnitas que deja el acuerdo es el impacto que tendrá en el orden geopolítico. Se antoja harto improbable que EEUU e Irán superen de la noche a la mañana el odio visceral que ha marcado sus relaciones desde la Revolución Islámica de 1979. En muchos de los conflictos de Oriente Próximo, juegan en bandos contrarios y defienden intereses antagónicos, pero no siempre es el caso, como sucede en Irak o Afganistán, por lo que el acuerdo podría dar paso a una mayor cooperación en asuntos puntuales. Los precios del petróleo cayeron nada más anunciarse el acuerdo, porque el levantamiento de las sanciones supondra el regreso del crudo iraní a los mercados internacionales, ya de por sí saturados por el exceso de oferta.

El acercamiento entre ambos países genera escalofríos en Israel y Arabia Saudí, que temen además que Irán utilice los recursos que se desbloquearán con el levantamiento de las sanciones para cimentar su posición y la de sus aliados en Oriente Próximo. "Por las informaciones iniciales se puede concluir que este acuerdo es un error histórico para el mundo", ha dicho el primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu. "Se han hecho concesiones excesivas en todas las áreas que supuestamente iban a prevenir que Irán se hiciera con armas nucleares". Teherán ha defendido siempre que solo busca generar energía y avanzar en la investigación médica con su programa nuclear.