Nueva York ante el atentado

"No tengo miedo. Ahora tampoco"

Flores depositadas en uno de los puntos donde el terrorista atropelló a una de sus víctimas en Nueva York.

Flores depositadas en uno de los puntos donde el terrorista atropelló a una de sus víctimas en Nueva York. / periodico

Idoya Noain

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El martes por la noche, solo unas horas después de que el terrorismo letal islámico volviera a Nueva York tras 16 años ausente, un millón de personas tomaron las calles para celebrar la fiesta de Halloween y presenciar el desfile. Eran padres que manteniendo la rutina del tradicional paseo en busca de golosinas trataban de proteger a los más pequeños, vestidos con disfraces de miedos inocentes, del último acto de maldad; eran jóvenes y adultos transformados con elaboradas creaciones o máscaras y trajes salidos de fábrica; eran neoyorquinos y turistas que como cada día se fundían en una urbe que, en la vida diaria, entiende poco de pasaportes... El miércoles, de igual modo, la vida ha fluido. Los niños han vuelto al cole, los mayores a sus quehaceres, los turistas a sus paseos...

Nueva York ha entrado en la lista infame en la que aparecen Barcelona, Niza, Londres, Berlín... Pero no ha habido vigilias masivas. Solo se veía algún ramo de flores depositado junto al carril bici donde Sayfullo Saipov, casado y con tres hijos, convirtió una furgoneta de alquiler en un arma y segó la vida de cinco argentinos, una belga y dos estadounidenses y dejó heridas a otras 12 personas.

Hay visible presencia policial reforzada en calles, estaciones de metro y tren, puntos emblemáticos de la ciudad... La West Side Highway y la parte sur del paseo que recorre la calle West junto al río Hudson seguía cortada, llena de investigadores que rastrean la escena del crimen. Pero Nueva York confirmaba que el alcalde tiene razón cuando dice que "nadie pensó que hubiera otra opción que alzarse ante este acto de terror".

El maratón más seguro

Es con esa determinación, y por la creencia de las autoridades de que "no hay pruebas de amenaza creíble adicional" para la ciudad, por la que se mantuvo el desfile de Halloween el martes, y por la que se ha mantenido para este domingo la maratón, un acontecimiento en el que compiten 51.000 corredores y que siguen en vivo dos millones y medio de espectadores. Y será "un evento muy seguro", según ha anunciado Carlos Gómez, jefe de policía de Nueva York, con "el máximo despliegue policial que la cita ha visto nunca": más equipos de observación, camiones, francotiradores, agentes equipados con armas pesadas...

Es el mismo mensaje que ha recibido de la asociación de corredores New York Road Runners la barcelonesa Meritxell Roca, investigadora en la Universidad de Columbia. "Si se suspendía por respeto a las víctimas me habría parecido bien pero en ningún caso me he planteado no correr por tener miedo", cuenta.

Roca lleva cinco años en Nueva York y explica que ha tenido "la sensación siempre de que es una de las ciudades más seguras de EEUU". Y habla con conocimiento del paseo junto al río Hudson porque ha entrenado allí a menudo para su primera maratón, igual que habla de las Ramblas, a cinco minutos de donde viven sus padres y se crió y tiene un apartamento. "No sé hasta que punto se pueden erradicar o prevenir cosas como las que han sucedido aquí y allí", reflexiona. "Desgraciadamente, nos hemos acostumbrado a vivir en esta situación", añade. Su voz y su mensaje, no obstante, coinciden con el que ha lanzado en las últimas 48 horas Nueva York: "No tengo miedo. Ahora tampoco".