ELECICIONES EN UN PAÍS ASIÁTICO

Nueva era en Birmania

Aung San Suu Kyi.

Aung San Suu Kyi.

ANA SALVÁ / RANGÚN

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Birmania ha celebrado este lunes el triunfo de Aung San Suu Kyi antes de conocer los resultados oficiales. «Creo que el pueblo ya tiene una idea de los resultados, aunque todavía no quiero decir nada», declaró la líder opositora ante la multitud reunida frente a la sede de su partido en el centro de Rangún. El portavoz de su partido, menos prudente, se adelantó a anunciar que podrían obtener «más del 70% de los escaños en todo el país» y añadió que podría tratarse de «una victoria aplastante», a pesar de que no se conocerán los resultados oficiales hasta finales de semana. Si se confirman estas previsiones, la Liga Nacional por la Democracia (LND), el partido de la premio Nobel de la Paz Suu Kyi, tendría la mayoría absoluta en el Parlamento y podría elegir al próximo presidente.

Con cierta euforia, los birmanos votaron el domingo por primera vez en sus primeras elecciones libres de los últimos 25 años. «He votado por la democracia, he votado por Suu Kyi», decía uno de sus seguidores. «Estamos cansados de los militares», aseguraba otro de ellos. La máxima expectación se produjo cuando Suu Kyi acudió a las urnas acompañada por una nube de cientos de fotógrafos que trataban de capturar, entre empujones y alguna caída, el momento en el que ejercía el voto. Según la agencia AFP, la participación en las elecciones fue del 80% de los más de 30 millones de electores llamados a las urnas -el país cuenta con 53 millones-, aunque la comisión electoral no se ha pronunciado.

BAJO LA LLUVIA

El lunes, tras la jornada electoral del domingo, cientos de personas se lanzaron a las calles y permanecieron reunidas frente a la sede del partido de Suu Kyi a pesar de la lluvia. Sus seguidores corearon consignas ataviados con camisetas rojas - color del partido- frente a una pantalla gigante donde proyectaban imágenes del recuento de votos.

Si los resultados de las elecciones del domingo son respetados por el actual Gobierno y los militares, esta será la primera vez en más de cinco décadas que los votantes en Birmania pueden elegir a sus líderes libremente. La victoria del partido de Suu Kyi abriría una nueva era en el país tras décadas de poder militar, puesto que la Junta fue disuelta en el 2011, pero los antiguos militares, como el actual presidente Then Sein, han continuado en el poder cambiando sus uniformes por un trajes de civiles.

La llegada al poder de Suu Kyi, sin embargo, podría ser una carrera de obstáculos. Suu Kyi no podría ser la presidenta puesto que una cláusula de la Constitución estipula que el jefe de Estado no puede tener ningún familiar de nacionalidad extranjera y sus dos hijos son británicos.

Según la Constitución, además, un 25% de los escaños del Parlamento están ocupados por el Ejército. El Ministerio del Interior y Defensa deben ser asumidos por generales en activo. Cualquier cambio en la Constitución requiere de una mayoría superior al 75%, con lo que los militares conservan la última palabra.

Suu Kyi, sin embargo, expresó sus intenciones de gobernar si conseguía la mayoría de los votos y aseguró que «nada en la Constitución dice que no pueda estar por encima del presidente». Los medios locales apuntan a unas posibles negociaciones para elegir quién presidirá el país, pero muchos en Birmania no están convencidos de que los militares abandonen el poder fácilmente a pesar de que Thein Sein ha dicho que «respetarán los resultados». En los años 90, los militares perdieron las elecciones y decidieron ignorar los resultados, además de arrestar a líderes opositores como Suu Kyi, que permaneció bajo arresto domiciliario durante 15 años convirtiéndola en un símbolo de la democracia.

LOS ROHINGYA

La líder opositora, además, es hija del héroe de la independencia de Birmania y cuenta con un gran apoyo entre la mayoría étnica bamar, que constituye más de la mitad del país. Las regiones pobladas por minorías étnicas ven a Suu Kyi con más desconfianza por ser miembro de la etnia mayoritaria y no haber cumplido algunas de sus promesas.

Suu Kyi además ha sido muy criticada por no incluir musulmanes en las listas de su partido y no defender a los miembros de la etnia rohingya, a quienes se les deniega la ciudadanía porque no están incluidos en la lista de los 135 grupos étnicos oficialmente reconocidos. Suu Kyi pidió a los periodistas hace unos días «no exagerar» sobre este asunto.

Sin embargo, mientras en Birmania millones de personas esperan expectantes los resultados, algunas organizaciones como Human Rigths Watch denuncian que medio millón de rohingyas no pudieron ejercer el voto.