Nuevas formas de contestación

«Nuestros pechos, nuestras armas»

MONTSE MARTÍNEZ
BARCELONA

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Aunque a simple vista no lo parezca, tras los grupos de mujeres que hemos podido ver mostrando sus pechos desnudos con leyendas escritas en su piel para protestar en las calles de Túnez, Kiev, Roma o París hay una estrategia. Se aglutinan en torno a la organización feminista Femen, que entiende el cuerpo de la mujer al desnudo como herramienta de protesta contra una sociedad que consideran «machista». El movimiento sextremista, como gusta llamarse, tiene orígenes en el seno del feminismo ucraniano pero su militancia se ha extendido a Francia, Rusia, Bélgica, Holanda, Túnez y México, entre otros países. Ahora, la rama española, nacida el pasado mayo, toma fuerza y anuncia que intensificará sus las acciones en España.

Un campo de entrenamiento en París, como ellas mismas han decidido bautizarlo, durante tres días -se llevó a cabo entre el 6 y el 9 de agosto en el Lavoir Moderne Parisien- demuestra que estas mujeres se lo trabajan en serio. «Nuestros pechos, nuestras armas», es una de sus cartas de presentación. Desde entrenamiento físico -se las ha visto correr en grupo-, hasta aprendizaje de tácticas, pasando por estrategias de desobediencia civil, intercambio de experiencias y debate sobre temas ideológicos han sido los pilares de su encuentro de verano. Como detalle, aprenden, por ejemplo, a permanecer bastante tiempo con los brazos en alto sin cansarse.

«Femen prepara una nueva temporada, estamos identificando enemigos, siguiéndoles y preparándonos para atacar», cuentan en su página de Facebook Femen Spain donde, a riesgo de ser censuradas completamente, han tenido que borrar los pezones de las fotografías como única vía para dejar de ser consideradas pornografía y pasar al sector del activismo. Es la medida que han debido adoptar para burlar la censura y poder mantener la página en la red social.

En la génesis de la organización feminista y en la organización del campamento se encuentra la ucraniana Inna Shevchenco, icono del movimiento sextremista fundado en el 2008.

TALANDO UN CRUCIFIJO / Su imagen de activista se proyectó definitivamente en el año 2012, cuando con el pecho desnudo y lleno de eslóganes pintados taló con una motosierra un crucifijo ortodoxo de cinco metros en Kiev, la capital ucraniana. Era la forma de protestar por la detención y el juicio contra las cinco integrantes del grupo punky feminista ruso Pussy Riots, a las que se les ocurrió protestar contra el presidente Vladimir Putin con un concierto en ropa interior en el altar de la Catedral del Cristo Redentor de Moscú. Shevchenco logró salir de Kiev y refugiarse en París donde puso en marcha la organización.

Otro momento estelar del movimiento se produjo en Túnez, cuando tres militantes europeas fueron detenidas por «atentado contra el pudor» mientras protestaban semidesnudas contra el proceso judicial a Amina Esbiu, que mostró sus pechos desnudos en internet para denunciar la moral conservadora de su país».

«Manteneos erguidas, separad las piernas y ancladlas en el suelo para estabilizaros, las pancartas, arriba, y prohibido reírse, jamás sonreír», son algunas de las instrucciones que imparte Schevchenco durante el entrenemiento, tal y como recogió Efe en París. «No insultamos, no pegamos y no mordemos a la policía», recuerda la instructora para añadir: «No luchamos contra los agentes, simplemente oponemos resistencia porque no estamos de acuerdo con el arresto». El entrenamiento psicológico, destinado a aguantar la presión que supone la exposición al desnudo, es otro de los trabajos destacados en el adoctrinamiento del grupo.

PLANES EN ESPAÑA / Lara Alcázar, una estudiante universitaria de 21 años, es la cara visible de Femen en España. «Defendemos el nudismo agresivo, nuestros pechos desnudos son nuestro instrumento de protesta política, la forma de difundir el mensaje feminista». «Nunca antes la mujer ha podido manejar su cuerpo con libertad. Hasta ahora», añade Alcázar. Entre las protestas que prepara la ramificación española de Femen, según adelantó Alcázar, están las que se llevarán a cabo contra la violencia machista, contra la reforma de la ley del aborto y en favor de la fecundación in vitro de las parejas homosexuales, entre otras. Las activistas españolas, hoy por hoy, son una decena de mujeres de edades comprendidas entre los 18 y los 29 años que tienen la sede en el barrio madrileño de Malasaña.