POLÉMICA EN WASHINGTON

Nixon y Clinton, los precedentes inmediatos del posible 'impeachment' a Trump

El republicano interrumpió el proceso de destitución al dimitir en 1974, mientras que el demócrata resultó finalmente absuelto

Nixon (izquierda), en 1974, y Clinton, en 1999.

Nixon (izquierda), en 1974, y Clinton, en 1999. / periodico

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los expresidentes Richard Nixon Bill Clinton fueron los últimos mandatarios de EEUU que se vieron en su época amenazados por el 'impeachment' (proceso de destitución) en el Congreso. Nixon interrumpió este proceso al dimitir de su cargo en 1974, y Clinton lo afrontó en 1998 de principio a fin, aunque resultó absuelto.

EL 'CASO WATERGATE'

Las continuas revelaciones públicas sobre el ‘escándalo Watergate’ (el espionaje sobre el Partido Demócrata a cargo de personas del entorno presidencial) hicieron perder a Nixon gran parte de sus apoyos políticos. En marzo de 1974, el Gran Jurado federal le consideró partícipe, sin cargos formales, en una conspiración para obstruir la acción de la justicia en la investigación del ‘escándalo Watergate’. El 8 de agosto, Nixon anunció su dimisión ante un ‘impeachment’ inevitable. Al día siguiente, Gerald Ford prestó juramento como nuevo presidente.

EL ‘ESCÁNDALO LEWINSKY’

La relación íntima con la becaria Monica Lewinsky acabó minando la imagen pública de Clinton. El 6 de agosto de 1998, Lewinsky se convirtió en la primera testigo que refutaba la declaración jurada de un presidente de EEUU, en la que había negado haber mantenido relaciones sexuales con ella. El fiscal acusó a Clinton de 11 graves delitos merecedores de un ‘impeachment’, por perjurio, abuso de poder y obstrucción a la justicia. En octubre, el Congreso votó a favor del proceso de destitución. Tras unos meses, Clinton admitió haber mantenido un "comportamiento inapropiado” con Lewinsky, pero negó haber cometido perjurio. El 12 de febrero de 1999, la Cámara alta declaró a Clinton "no culpable" de los delitos de perjurio -con 55 votos a favor y 45 en contra- y obstrucción a la justicia (empate a 50 votos). Para la impugnación se exigía una mayoría de dos tercios.