GUERRA EN EUROPA ORIENTAL

Moscú y Kiev refuerzan sus despliegues navales mientras crece la tensión

El nueve puente que une Rusia y Crimea.

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Marc Marginedas

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En un escenario de creciente tensión, tanto Rusia como Ucrania han optado por reforzar sus despliegues navales en el mar de Azov, aunque con un enorme desequilibrio de fuerzas en favor de Moscú. Los especialistas han detectado en los últimos meses, a partir de informaciones de prensa y los datos públicos de tráfico marítimo, un ostensible incremento en la región del número de buques de guerra rusos, procedentes en la mayoría de los casos de flotas aledañas como la del mar Caspio.

Un total de 10 navíos militares y unas 40 lanchas patrulleras han sido desplegadas en los puertos rusos ribereños en los últimos meses, entre ellos seis barcos de la clase Shmel, dotados de potente armamento artillero, siete lanchas de asalto y dos corbetas, un tipo de nave ideada para la vigilancia de las aguas territoriales

Ucrania acusa a los buques de la Marina rusa, muy superior en número, de mantener comportamientos provocadores. Nada más inaugurarse el puente de Kerch, Moscú llevó a cabo maniobras militares de varios días de duración a apenas un par de millas de las costas ucranianas. "Emplean la misma táctica híbrida que en Crimea, ocupan territorio o unas aguas que no son suyas y luego se van, algo que repiten sucesivas veces hasta que al final se quedan, como sucedió en el 2014", denuncia Maria Podibailo, de la organización cívica Nuevo Mariúpol.

Maniobras intimidatorias

Durante el verano, Kiev prefirió observar los acontecimientos, pero finalmente decidió reaccionar: envió a dos de los buques más potentes de su precaria Marina de guerra, el Donbás y el Korets, al puerto de Mariúpol, a donde llegaron a finales de septiembre, acompañados por dos escoltas, y a decir de la prensa ucraniana, en medio de maniobras intimidatorias de patrulleras rusas, que en algunos momentos se aproximaron de forma peligrosa durante la singladura.

El hecho de que pudieran completar su viaje desde el mar Negro atravesando el estrecho de Kerch y el puente homónimo sin ser autorizados por Moscú fue celebrado hasta con euforia por el Gobierno de Petró Poroshenko, que ha perdido una parte importante de su territorio desde el inicio de las tensiones con su poderoso vecino del este. "Nuestros barcos no han pedido ningún permiso a Rusia y ejercieron su derecho soberano al libre paso", declaró entonces el portavoz de la Armada ucraniana, Oleh Chaluk, a Interfax-Ucrania. 

Nueva base

El Ejecutivo ucraniano, además, acaba de anunciar la próxima apertura de una base militar naval. "Todas las acciones que se han emprendido en el mar de Azov están destinadas a incrementar nuestra presencia aquí para responder a posibles provocaciones de la Federación Rusa", ha declarado el jefe del Estado Mayor ucraniano, Víktor Muzhenko

Ante el cariz que están tomando los acontecimientos en la zona, EEUU y la UE han tomado cartas en el asunto. El Departamento de Estado norteamericano ha condenado, en un duro comunicado emitido a finales de verano, "el acoso" de Rusia a la "navegación internacional" en el estrecho de Kerch y el mar de Azov, al tiempo que fuentes próximas al Ejecutivo de Washington han dado a entender que, a raíz de estos problemas, podrían incrementarse las ventas de armas letales a Kiev. Desde Bruselas, también la UE ha exigido a Rusia que ponga fin a la retención de mercantes que navegan hacia Ucrania.

Ucrania ha sugerido la posibilidad de celebrar maniobras conjuntas con la OTAN en este océano interior, lo que ha sido respondido con contundencia por Rusia, asegurando que impedirá el paso de cualquier buque de la Alianza Atlántica. "Nuestro tratado con Ucrania requiere el consentimiento mutuo del pasaje de barcos de guerra al mar de Azov", ha zanjado desde Moscú el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov.