PERFIL DE UN ELECTRÓN LIBRE DEL SOCIALISMO

Montebourg: el político que hizo estallar el Gobierno francés

El hasta hoy ministro de economía critica las políticas de austeridad y propone un proceso de 'desglobalización'

Arnaud Montebourg.

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EL PERIÓDICO / Barcelona

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"Por fin he recuperado mi libertad", ha asegurado en una rueda de prensa, Arnaud Montebourg, quien ha sido hasta hoy ministro de Economía y cuyas declaraciones al diario Le Monde, en que criticaba abiertamente la política económica de austeridad del presidente, François Hollande, han precipitado una remodelación en bloque del Gobierno francés. Esta tarde, en una rueda de prensa, Montebourg ha vuelto a arremeter contra la austeridad. "Ha quedado claro que las políticas de austeridad son la prolongación de la crisis económica y de sufrimientos inútiles de la población europea. Hoy, el mundo entero nos reclama cesar estas políticas de austeridad absurdas",

Si alguien podía causar un terremoto así este era Montebourg, bautizado en algunos círculos como "el hombre que criticaba demasiado". Electrón libre del socialismo francés, Montebourg lleva años desbrozando una senda política alejada de la heterodoxia y construida con argumentos compartidos con los moivimientos antiglobalización.

Así, quien fuera portavoz de Segolene Royal en las elecciones del 2007, propugna la redacción de una nueva constitución francesa que de lugar a la Sexta República en que los poderes del presidente quedarían restringidos y el peso del ejecutivo caería en el primer ministro. Para ello, el 2001, llegó a fundar una asociación bautizada como Convención por la Sexta República.

La 'guerra' de Alstom

Nacido el 30 de octubre de 1962 en Clamecy, Montebourg se formó y ejerció como abogado antes de entrar en el Partido Socialista francés. Desde siempre se ha mostrado abiertamente proteccionista. Prueba de ello es que Montebourg intervino si ningún tipo de pudor para intentar que fracasara la negociación para la venta de Alstom a la estadounidense General Electric. Aunque apostó publicamente por la integración de Alstom en Siemens, finalmente la empresa acabó siendo adquirida por la compañía estadounidense aunque el Estado se hizo con el 20% del capital.

De hecho, llegó a promulgar una ley, conocida como Ley Alstom, que reserva al Estado el derecho de veto en las inversiones extranjeras en sectores estratégicos de Francia, para evitar así que grandes empresas nacionales pasaran a manos foráneas.

Montebourg se ha mostrado partidario de la desglobalización, llegando a teorizar sobre ese tema en varios libros. «La globalización ha fabricado parados en el norte y ha aumentado la cifra de casiesclavos en el sur, destruyendo recursos naturales por doquier, dando el poder a los financieros y retirando a los pueblos sus medios para autodeterminarse», asegura. Así, contra el capitalismo globalizado, Montebourg apuesta por una «política proteccionista, un Estado fuerte que controle las finanzas y al sistema financiero y bancario».

Defensor del 'Made in France'

Sus críticos le acusan de ser excesivamente teatral y de buscar convertirse en el mártir de la izquierda europea, a sabiendas de que sus propuestas chocan con la realidad económica. Eso sí, encanto no le falta y gana en el cuerpo a cuerpo, como ha demostrado en las campañas electorales en que ha participado. Como ministro de Industria, recorrió de cabo a rabo el terrotorio francés para hacer promoción del Made in France.

Otro de sus caballos de batalla ha sido la transparencia democrática y ha hecho campaña, primero para que el expresidente Jacques Chirac compareciera ante la justicia por un asunto de corrpución, y actualmente, batallando por que se pongan en marcha programas de open data, es decir, que la admisnitración ponga a disposición de los ciudadanos toda su información no confidencial.