EL DRAMA DE LA INMIGRACIÓN

Miles de hondureños saltan el cordón policial en Guatemala y ya están en México

Los inmigrantes hondureños se organizan para pasar a México.

Los inmigrantes hondureños se organizan para pasar a México. / periodico

Ricardo Mir de Francia

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Miles de migrantes hondureños de la caravana que el sábado partió de la localidad de San Pedro Sula ya están en territorio mexicano tras sortear el cordón policial en Tecún Umán, un punto fronterizo entre Guatemala y México. Entre la expedición, hombres, mujeres y niños que atraviesan el puente sobre el río Suchiate y se dispersan por territorio mexicano con el objetivo final de llegar a Estados Unidos. 

Los migrantes salieron del parque de Tecún Umán, en el departamento de San Marcos, y se dirigieron a la frontera, donde los esperaba una fuerte presencia militar de lado de Guatemala. Tras unos intensos momentos de tensión, la multitud ha penetrado el cordón policial ante la mirada pasiva de los agentes guatemaltecos rumbo hacia el norte.

Una travesía hacia el sueño americano que, no obstante, está llena de trampas en el camino. Algunas son producto de la codicia humana y de la precariedad de un viaje de miles de kilómetros donde se viaja generalmente con lo puesto. Pero luego están los accidentes geográficos como el río Suchiate, que ejerce de frontera natural entre Guatemala y México.

En circunstancias normales, se cruza a bordo de neumáticos y balsas, pero esta vez aguarda al otro lado un elemento inesperado. México había decidido desplegar a cientos de policías antidisturbios para cerrar el paso a la caravana de inmigrantes. Su respuesta llega solo un día después de que Donald Trump denunciase la pasividad del país vecino y amenazara con enviar al Ejército a su frontera meridional.

"Traigan comida"

Los primeros grupos de la caravana de inmigrantes que han llegado a las orillas tropicales del Suchiatehan sido atendidos por voluntarios de la Cruz Roja. Duermen sobre cartones y se resguardan con plásticos de la lluvia y el frío nocturno, según las imágenes que llegan desde allí. "No traigan cámaras, traigan comida", decían algunos a los periodistas, según recoge la BBC. La mayoría huyen de la violencia que desangra sus países y la pobreza que impera en la región.

México había anunciado previamente que solo dejará pasar a los migrantes con visado y a los solicitantes de asilo, un trámite prolijo y largo que puede tardar varios meses en completarse. Sus autoridades han pedido ayuda a la agencia de refugiados Naciones Unidas (ACNUR) para procesar las solicitudes y aseguran que no utilizarán la fuerza contra aquellos que traten de entrar ilegalmente en el país. “La política mexicana consiste en respetar y proteger los derechos humanos”, ha dicho el ministro del Interior, Alfonso Navarrete.

México está en plena transición política, a poco más de un mes de que Andrés López Obrador asuma la presidencia. El dirigente de izquierdas ha prometido un programa inédito para ofrecer visados de trabajo a los inmigrantes centroamericanos, una iniciativa que podría reducir las tensiones con EEUU, pero no parece que vaya a llegar a tiempo para resolver esta última crisis.

La presión de Washington es inmensa. Este mismo viernes ha llegado a la capital mexicana el secretario de Estado, Mike Pompeo, para reunirse con su homólogo de Exteriores. El futuro de la caravana está en el centro de la agenda, aunque, por el momento, Trump parece satisfecho con la respuesta mexicana. “Gracias México, estamos impacientes de trabajar con vosotros”, ha tuiteado esta mañana junto a una noticia que daba cuenta de la llegada de dos aviones cargados con policías federales a la frontera con Guatemala. Solo un día antes, el republicano había mostrado su ansiedad por el avance de los inmigrantes. “En los términos más firmes, le pido a México que detenga este avance. Si no logra hacerlo, llamaré a los militares y cerraré nuestra frontera sur”, escribió Trump en las redes.