GUERRA EN ORIENTE PRÓXIMO

Al menos 44 muertos en la mayor masacre del 2018 en el noreste de Siria

Operaciones de rescate en la ciudad de Ariha, en la provincia de Idleb, tras un bombardeo realizado el 31 de mayo pasado.

Operaciones de rescate en la ciudad de Ariha, en la provincia de Idleb, tras un bombardeo realizado el 31 de mayo pasado. / periodico

Adrià Rocha Cutiller

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Al menos 44 personas han muerto este viernes por la madrugada en bombardeos sobre la región de Idleb, controlada por la oposición siria. Los ataques, en los que, según el Observatorio Sirio por los Derechos Humanos (OSDH), han muerto seis niños y 11 mujeres, han sido realizados por la aviación del régimen de Bashar el Asad o su aliado, Rusia.

Es el mayor bombardeo de 2018 en esta región y la cifra de muertos podría subir: los equipos de rescate, los Cascos Blancos, aún están buscando cuerpos y supervivientes entre las runas. Uno de los miembros de esta organización, de hecho, ha muerto en el ataque. Hay, además, unos 80 heridos; muchos de ellos, asegura el OSDH, en estado crítico.

La región de Idleb es, en la actualidad y junto con Daraa —en el sur, en la frontera con Israel—, el último gran bastión opositor en Siria. En su territorio hay combatientes tanto del opositor Ejército Libre Sirio (ELS), un paraguas conformado por una infinidad de milicias distintas, como de Hayat Tahrir al Sham, anteriormente conocido como Jabhat al Nusra —o, lo que es lo mismo, la filial de Al Qaeda en Siria—.

Idleb está rodeada por puestos de vigilancia del ejército turco y forma parte, de hecho, de las zonas de desescalada militar acordadas, hace un año, por Turquía, Rusia e Irán. Pero el conflicto en esta zona no se ha reducido en absoluto, ya sea por bombardeos exteriores como por reyertas y combates entre el ELS y Al Qaeda, que se disputan el poder en la región.

Avances militares

Avances militaresEl ataque de esta pasada madrugada ha tenido lugar en la localidad de Zardana, donde, a finales de marzo, a causa de otro bombardeo, murieron 40 personas más. En Abril, el régimen de Asad, tras cuatro meses de bombardeos, capturó la región de Guta este. A causa de esa campaña murieron unas 2.000 personas; 70 por el ataque químico en la ciudad de Duma. 5.000 resultaron heridas y los hospitales de la región, algunos a cargo de Médicos Sin Fronteras (MSF), fueron atacados deliberadamente.

Desde entonces, tras la captura de Guta, Asad paró su ofensiva en Idleb y se centró en atacar otras regiones opositoras: una al sur de la provincia de Damasco, el campo de refugiados palestinos de Yarmuk, y otra en Hama. Ambas ya han caído a manos del régimen y los combatientes que antes las controlaban y muchos civiles que lo han querido han sido enviados al norte: a la provincia de Idleb.

Así, esta región, durante todo el transcurso de la guerra, que lleva ya siete años, se ha convertido en una zona de refugio. Muchos sirios, ante el avance del ejército de Asad y sus aliados, han acabado en Idleb. En la región, en la actualidad, viven 1,1 millones de personas.