Elecciones federales dentro de un año

Martin Schulz apunta a la cancillería alemana

Schulz, durante un debate en el Parlamento Europeo, en Estrasburgo.

Schulz, durante un debate en el Parlamento Europeo, en Estrasburgo. / periodico

CARLES PLANAS BOU / BERLÍN

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A tan solo un año de las elecciones federales en Alemania y tras unos meses en los que el panorama político del país ha cambiado sustancialmente, el Partido Socialdemócrata (SPD) vive momentos de agitación interna. Las voces discrepantes con Sigmar Gabriel, presidente de la formación, crecen y son cada vez más los miembros que apuestan por que sea Martin Schulz, presidente del Parlamento Europeo, quien ocupe la candidatura roja. “Hay otras corrientes alternativas dentro del partido”, aseguraba anónimamente un alto cargo de la formación al diario 'Spiegel'.

Esta presión interna pretende acelerar la elección de un candidato. Los bofetones electorales recibidos durante el último año han reabierto el escepticismo sobre Gabriel entre las filas del SPD. Incluso empieza a ser mal visto por las bases. Eso ha hecho que, para muchos, la posible llegada de Schulz, amigo cercano de Gabriel, suponga aire fresco y renovación para un partido muy mermado. Su carisma y el distanciamiento del Gobierno le permitirían criticar a Merkel con más coherencia. Los socialdemócratas sueñan con volver al 30% de los votos el otoño que viene, muy lejos de las proyecciones actuales que los sitúan alrededor del 22%.

Como presidente del SPD, Gabriel tiene prioridad para presentar su candidatura. La elección esta prevista para el próximo enero, justo cuando termina el mandato de Schulz al frente de la Cámara comunitaria y se le abre la opción de volver a concurrir. El socialdemócrata ha dejado abiertas ambas puertas. Este domingo la cancillera Angela Merkel presentó su candidatura a un cuarto mandato, una vía que se ratificará en el congreso de la CDU de diciembre. Los otros principales partidos (verdes, poscomunistas y liberales) también presentaron este fin de semana a sus candidatos, lo que deja a los socialdemócratas como la última incógnita.

Según fuentes del partido citadas en el 'Spiegel', Schulz está listo para volver a Berlín, aunque no sea a la cancillería. En caso de no tener apoyos suficientes para ocupar el cargo, intentaría entrar en el Ministerio de Exteriores de un próximo Gobierno. Un juego de sillas más que probable teniendo en cuenta que Steinmeier, el actual ministro, sustituirá a Joachim Gauch como presidente de la República Federal a partir de febrero.

SOCIALDEMÓCRATAS EN CRISIS

En el 2005, tras dos mandatos consecutivos de Gerhard Schröder, el SPD perdió las elecciones pero se mantuvo en el poder forjando una alianza con la flamante cancillera Angela Merkel. La gran coalición entre conservadores y socialdemócratas volvía a Alemania por primera vez desde 1969. Ese mandato les perjudicó electoralmente y en los comicios del 2009 pasaron del 34% de los votos al 23%. A pesar de la inicial reticencia de sus miembros, en el 2013 una ligera mejora les permitió volver al Gobierno con Merkel. Ahora, todo apunta a que esta fórmula volverá a pasarles factura.

La claudicación de los socialdemócratas a dogmas neoliberales como los tratados de libre comercio y la sumisión a una política económica coercitiva durante su desgastado paso por el Gobierno ha llevado a gran parte de sus bases a buscar otras opciones políticas. En la austera Alemania de Merkel, azote del empobrecido sur de Europa, este fenómeno no es una novedad. Las elecciones regionales de este año han ilustrado cómo el partido populista y xenófobo Alternativa por Alemania (AfD) y la izquierda poscomunista de Die Linke en menor mesura se han hecho con el voto tradicionalmente socialdemócrata de obreros, parados y pensionistas. La líder de los islamófobos, Frauke Petry, ya ha celebrado el posible dúo Merkel-Schulz como “el sueño de la gran coalición” que ilustra el declive alemán.

Eso ha lanzado a otros pesos pesados del partido a incluso optar por “vías alternativas a la gran coalición”. Sin ir más lejos el presidente del grupo parlamentario del SPD, Thomas Oppermann, pidió a sus compañeros dejar de lado a Merkel y estudiar la viabilidad de una alianza progresista con Los Verdes y Die Linke para frenar una sangría electoral que ha evidenciado su declive. La oposición de los poscomunistas a aceptar la candidatura presidencial de Steinmeier ilustra que ese hipotético pacto progresista no será un camino de rosas.