Emergencia económica en Venezuela

Maduro pide a la oposición que apoye el plan de emergencia económica para preservar la paz

El presidente asegura que Venezuela se enfrenta a una encrucijada dramática y sus rivales políticos le acusan de mantener las recetas que han fracasado

Nicolás Maduro en la Asamblea Nacional

Nicolás Maduro en la Asamblea Nacional / periodico

ABEL GILBERT / BUENOS AIRES

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Con palabras que a lo largo de tres horas y media han oscilado entre el dramatismo y la defensa a ultranza de la figura de Hugo Chávez, el desafío a la oposición pero con un llamamiento al consenso mínimo, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha justificado el decreto de emergencia económica anunciado el viernes a los diputados de la Asamblea Nacional (AN), donde la opositora la Mesa de Unidad Democrática (MUD) tiene la mayoría calificada.

"Llamo a todo el país a apoyar las acciones. Llamo a la unión nacional para  preservar la paz".  Maduro ha entregado el decreto al presidente del parlamento,  el opositor Henry Ramos Allup. "Esero que se abra un debate lo más amplio posible. Pido el apoyo del parlamento", ha dicho  el mandatario.

La comparecencia ante el parlamento de Maduro tenía como misión hacer el balance de la gestión del Gobierno de  2015. Pero las dimensiones de la crisis de un país azotado por la inflación, que este año debe pagar 14.000 millones de dólares de intereses de la deuda externa y cuyo PIB se ha derrumbado en los últimos tres años un 15% al compás de la caída de los precios del petróleo, le ha obligado a cambiar el mensaje y defender ante los diputados  el plan de emergencia. "O lo hacemos ahora o no hay opciones", ha advertido.

El decreto, que debe debatir el parlamento y Tribunal Supremo Justicia (TSJ), permitirá a Maduro, de ser aprobado, disponer de los recursos provenientes de las partidas presupuestarias, estimular la inversión extranjera, diseñar medidas especiales para combatir la evasión fiscal, requerir a empresas públicas y privadas el incremento de su producción y garantizar el abastecimiento. 

Para cumplir los objetivos, Maduro tendrá facultades ampliadas. Podrá, por lo tanto, requerir de "personas naturales o jurídicas, propietarias o poseedoras de los medios de transporte, de canales de distribución, centros de acopio, beneficiadoras, mataderos y demás establecimientos". 

ESTILO CHÁVEZ

La emergencia económica ha sido declarada por 60 días. Pero Maduro ha insinuado que el estado de excepción regirá a lo largo de 2016. Un año, reconoció, que "no va a ser fácil" y que incluso requerirá ajustes impensados como el incremento del precio de la gasolina.Tras la prolongada exposición,  Ramos Allup ha recordado a Maduro, no sin ironía, que tiene "el mismo estilo discursivo del presidente Chávez".

El presidente de la Asamblea Nacional le ha dicho que el Congreso  estudiará el decreto y "emitirá su opinión política". Ramos Allup ha anticipado no obstante la opinión de la MUD. "Hace 17 años que tenemos este modelo económico que no ha tenido buenos resultados. Las consecuencias son cada día peores. Hagan como los primeros cristianos: contrición, arrepentimiento". 

El presidente de la AN negó la existencia de "una guerra económica", como ha denunciado en numerosas ocasiones Maduro. A su juicio, el presidente venezolano heredó una situación "ruinosa". Pero si el Gobierno se empecina en recorrer el mismo camino, las consecuencias pueden ser peores.

Afuera del Congreso, la emergencia económica no ha despertado mayor entusiasmo. El director de Econanalítica, Asdrúbal Oliveros, considera muy poco probable que el decreto sea aprobado por la AN. "Busca afianzar todos los esquemas de control que han provocado la situación de crisis". El rechazo parlamentario, predice, "generará un nuevo conflicto de poderes".

Por su parte, el líder opositor Henrique Capriles Radonski, opina que el plan anunciado "es un frasco de veneno" que busca que nada cambie cuando "el pueblo dijo no más de lo mismo". 

APLAUSOS Y ABUCHEOS

Interrumpido a veces por aplausos y abucheos, Maduro ha reconocido que el  "conflicto de poderes" reclamará "mucha sabiduría". En Venezuela, ha dicho, confrontan "dos modelos:  un poder popular que no va arriar las banderas" y otro "que representan ustedes" (la oposición), los que han logrado "una mayoría circunstancial de carácter electoral".

Pero según Maduro, las soluciones no le corresponden a un solo sector. "El nivel de confianza entre nosotros no es bueno. No vamos a engañar a nadie. Por eso llamo a un diálogo de transparencia".  

El presidente ha convocado a una oposición que se ha marcado un plazo de seis meses par un cambio constitucional de Gobierno, a "no caer en la tentación de una contra revolución que produzca aventuras que serán lamentadas por todos" y  "concentrar el esfuerzo en los temas principales"  a pesar de las grandes diferencias.

Maduro ha recordado al respecto dos casos en los que fuerzas políticas antagónicas lograron encontrar puntos de acuerdo: la Sudáfrica de Nelson Mandela y el proceso en curso de negociaciones de paz en Colombia entre el Gobierno y las FARC.

"Quedamos listos y dispuestos para conversar cualquier tema que sea susceptible". Maduro ha pedido a la MUD no interpretar su gesto como "debilidad política moral". Y también le ha lanzado una advertencia: "tendrán que derrocarme para aprobar una ley de privatización".