Los malabarismos rusos de Trump

El presidente electo de EEUU cuestiona la ciberinjerencia rusa pero se abre a escuchar a los servicios de inteligencia

Donald Trump habla con la prensa, el miércoles en Palm Beach (Florida).

Donald Trump habla con la prensa, el miércoles en Palm Beach (Florida). / EV

IDOYA NOAIN / NUEVA YORK

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No es frecuente que Donald Trump se contenga a la espera de “los hechos”, pero la decisión de Barack Obama de sancionar a Rusia por los supuestos ataques informáticos diseñados para interferir en las elecciones estadounidenses ha propiciado uno de esos inusuales momentos. El mismo Trump que hasta ahora había tildado de “excusas” y “ridículos” los análisis que apuntan a Moscú como responsable del ataque informático al Comité Nacional Demócrata y las posteriores filtraciones ahora se muestra dispuesto a que los servicios de inteligencia cuyas conclusiones ha despreciado le pongan “al día de los hechos de esta situación”. Y lo hace, según ha dicho, “por el interés de nuestra nación y su gran gente”.

El anuncio de esa reunión que mantendrá la próxima semana con los líderes de los servicios de espionaje, hecho el jueves en un breve comunicado poco después de que Obama anunciara las duras sanciones a Moscú, es una muestra de los malabarismos que Trump debe hacer conforme se acerca a su realidad presidencial. Porque por más que en los dos últimos días haya insistido con distintos mensajes en la idea de que es hora de pasar página y dejar atras una campaña y unos comicios ensombrecidos por el fantasma de la injerencia del Kremlin, y por más que sorprendiera este viernes con su insólito tuit felicitando a Putin por la "demora" en la adopción de medidas de reciprocidad y alabando su "gran inteligencia", ni el Partido Republicano al que representó en las papeletas ni los servicios de inteligencia a cuyo frente estará a partir del 20 de enero creen aconsejable correr un tupido velo sobre un asunto de tal gravedad.

CONGRESISTAS FRENTE A RUSIA

Son justamente algunos congresistas republicanos, como los senadores John McCain y Lindsay Graham, quienes plantean que las medidas de castigo adoptadas por Obama no van lo bastante lejos y propondrán investigaciones en el Congreso con la meta de endurecerlas. Y la ola de rechazo a la injerencia rusa arrastra a otros líderes republicanos, como el líder de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, quien aunque ha aprovechado la ocasión para cuestionar a Obama por “ocho años de política fallida” hacia Moscú también ha dicho que “Rusia no comparte los intereses de EEUU". "De hecho –ha añadido– ha intentado minarlos, sembrando peligrosa inestabilidad por el mundo”.

Para Trump, quien ha promovido la idea de “resetear” las relaciones con Putin y ha dado señales de cómo lo hará con nombramientos como el del empresario petrolero Rex Tillerson como secretario de Estado o el del general Michael Flynn como asesor de seguridad nacional, la cuestión rusa se va haciendo cada vez más compleja. Y este mismo viernes, mientras Trump y Putin se cruzaban mensajes positivos y desde Moscú llegaban nuevas señales de cómo Putin piensa aprovechar su futura presidencia para dejar atrás la tensa relación que ha tenido con Obama, desde el equipo de Trump se marcaban distancias asegurando que no hay ninguna charla prevista entre el presidente electo y el ruso.

La forzada y forzosa moderación del presidente electo no significa, no obstante, que desde su equipo no sigan llegando mensajes denostando las conclusiones de la inteligencia estadounidense sobre la responsabilidad rusa en los ciberataques y su aparente objetivo de favorecer su victoria. En declaraciones a la CNN, Kellyanne Conway, que fue jefa de campaña de Trump y a partir del 20 de enero será una de sus asesoras, ha sugerido que Obama ha sancionado a Rusia “con motivaciones políticas” y “para encajonar a Trump”. Y el que será portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, ha puesto el peso de la decisión sobre las sanciones, que Trump podría mantener pero también anular, en los servicios de inteligencia. “Deben hablar públicamente y dejar claro exactamente cómo pasó y quién fue responsable. Ahora mismo lo que tenemos son informaciones de prensa sin fuentes y eso no es aceptable”, ha dicho.