CRISIS EN EL PAÍS CARIBEÑO

Los funcionarios de Venezuela solo trabajarán dos días para ahorrar energía

Una pareja toma un café en una establecimiento público a la luz de las velas.

Una pareja toma un café en una establecimiento público a la luz de las velas. / periodico

ABEL GILBERT / BUENOS AIRES

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Nicolás Maduro observa en su laberinto cómo se oscurece el horizonte político. La combinación de nuevas y drásticas medidas de racionamiento de la electricidad y el comienzo de la recolección de firmas por parte de la oposición para convocar a un referendo revocatorio, no le permiten al presidente venezolano ver una trémula luz al final del túnel.

El Gobierno se ha visto forzado a profundizar la emergencia energética. La Administración Pública cerrará sus puertas de miércoles a viernes para contribuir al ahorro. El temor de que la semana completa se convierta en no laborable ha dejado de ser completamente infundado. Solo se prestarán los "servicios fundamentales", según Maduro. Estas medidas, dijo, se van a unir “a las que ya hemos venido aplicando” para salvar a la represa Guri -primero declararó los viernes festivos, luego anunció un adelanto de 30 minutos en el huso horario y finalmente adoptó cortes eléctricos diurnos de cuatro horas-, que es esencial para que el país no quede en penumbras.

El presidente volvió a hablarle a la sociedad por televisión. No pudo dejar de reconocer el enorme coste social de las restricciones. “Agradezco el apoyo de todo el pueblo, por la conciencia superior que han tenido frente a esta verdadera emergencia ambiental”, dijo. Mientras Maduro explicaba las razones del ajuste se reportaban en algunas ciudades intentos menores de saqueo y protestas por los cortes.

El pasado lunes comenzaron a regir cuatro horas diarias de suspensión del suministro eléctrico en los hogares. Las restricciones se prolongarán por 40 días, cuando se espera que comiencen las lluvias. Pero el Gobierno no descartó otras “interrupciones fortuitas,  producto de situaciones no programadas, como un corto circuito o una rama que caiga encima de las líneas de alta, media o baja tensión. También instrucciones con malas intenciones, producto del sabotaje”. Hasta el momento, los llamados a usar la energía de manera “eficiente” no han tenido el efecto esperado por las autoridades.

REFERENDO REVOCATORIO

En este contexto, agravado a su vez por la escasez económica, el Consejo Nacional Electoral (CNE) habilitó la entrega de las planillas que se utilizarán para recolectar las firmas necesarias que permitirán convocar a una consulta popular revocatoria del mandato de Maduro. Ese escenario político se abre con el 1% del padrón electoral. La Mesa de Unidad Democrática (MUD), que tiene mayoría calificada en el Congreso, resolvió salir de inmediato a las calles a buscar esos avales. Tienen 30 días para conseguir los 200.000 avales. El gobernador del estado de Miranda, Henrique Capriles, confió en que esa cifra se alcanzará sin inconvenientes. Pero advirtió: “No podemos perder ni un minuto. La velocidad en este proceso es la clave”.

 La MUD sabe que Venezuela se encamina a un conflicto de poderes mayor al existente desde que la oposición controla el Congreso, a mediados de enero. De hecho, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) acaba de cerrar la posibilidad de que el Parlamento recorte el mandato del presidente. La MUD no descarta trabas a la consulta popular y estas están relacionados con los problemas energéticos.

Capriles dijo que la ampliación de los días no laborables en el sector público busca retrasar el proceso de activación del referendo revocatorio. La CNE solo tendría dos días hábiles por semana para dar respuestas sobre la validación de las firmas recolectadas. El Gobierno lo negó. Capriles predijo días de movilizaciones opositoras. "La presión social y el revocatorio van unidas, caminan juntos, deben ir de la mano. Habrá revocatorio si el país se lo impone a Maduro".