Líderes republicanos se distancian de las denuncias de fraude electoral de Trump

El mensaje del candidato, que insiste en la tesis conspiratoria, cala en el electorado

Donald Trump

Donald Trump / EV

IDOYA NOAIN / NUEVA YORK

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Donald Trump tiene un don para poner al Partido Republicano en la anómala situación de tener que distanciarse de su candidato a la presidencia y tratar de corregir su mensaje. Quedó claro con la unánime condena y la fuga de respaldos por las sexistas actitudes y declaraciones que reveló el vídeo del 2005 y ha vuelto a suceder ahora que Trump ha reforzado sus denuncias de que las elecciones están “amañadas”.

El empresario ha convertido la teoría conspiratoria del fraude electoral, ampliamente desacreditada por investigaciones académicas independientes y para la que no aporta pruebas, en uno de sus mensajes centrales en la última semana, tanto en sus mítines como en las redes sociales. Y aunque esas conjeturas provocan rechazo tanto entre demócratas como en su propio partido, Trump está consiguiendo que su mensaje cale. En una encuesta publicada este lunes por 'Politico', el 41% de los sondeados han dicho que creen que a Trump podrían “robarle” las elecciones, un temor que se dispara entre los republicanos, de los que el 73% considera esa posibilidad.

CONSPIRACIÓN GLOBAL

En sus denuncias Trump combina la acusación a los medios de formar parte de una conspiración global a favor de Hillary Clinton en la que también participarían poderes económicos con la explotación de las desacreditadas tesis del fraude electoral. Es el mensaje, por ejemplo, que tuiteó el domingo, asegurando que “la elección está siendo absolutamente amañada por los medios deshonestos y distorsionados que impulsan a la corrupta Hillary” pero añadiendo que el supuesto fraude también sucede en “muchos” centros donde se vota. Y lo ha repetido el lunes, también en la red social, insistiendo en denunciar que “por supuesto hay fraude electoral a gran escala en las elecciones y antes”.

Ese último mensaje ha incluido también una crítica a los republicanos que “niegan” que exista el fraude, a los que llama “naífs”. Y era la enésima muestra de su duelo con el speaker , el máximo exponente de las luchas intestinas que la candidatura de Trump ha abierto en la formación conservadora. Porque Ryan este fin de semana emitió un comunicado recordando que la democracia estadounidense “depende en la confianza en los resultados electorales” y mostrando personalmente su “total confianza en que los estados llevarán estos comicios con integridad”.

No es solo Ryan, no obstante, quien se distancia del agorero mensaje de Trump. John Husted, el secretario de Estado de Ohio, que es republicano y por el cargo está al frente del proceso electoral en el estado bisagra, ha criticado la “retórica irresponsable” y ha recordado que con las leyes se ha hecho “fácil votar y difícil hacer trampas”. Y Mike Pence, el candidato a vicepresidente de Trump, ha tenido que pasar el fin de semana tratando de matizar las palabras de su jefe, insistiendo en que ambos aceptarán "completamente el resultado de las elecciones” y “la voluntad del pueblo”.