El líder opositor Pashinyán, elegido primer ministro de Armenia

No hubo sorpresas de última hora y las fuerzas oficialistas cumplieron con su palabra. Nicol Pashinyán, el cabecilla del movimiento contestario que galvanizó a una parte importante de la sociedad de Armenia durante semanas para impedir que el expresidente Serge Sargsyán regresara al poder como primer ministro con atribuciones reforzadas, ha sido elegido este martes primer ministro por el Paramento unicameral.

Un total de 59 de los 105 diputados de que se compone la cámara votaron a favor de la candidatura de Pashinyán. Ello quiere decir que al menos una parte del oficialista Partido Republicano, que días atrás había impedido la investidura del líder opositor, cambió el sentido de su voto y apoyó al flamante primer ministro.

Modificación de la Constitución

Gracias a una reciente modificación de la Constitución, Armenia ha pasado de ser una república presidencialista a estar regida por un sistema parlamentario en el que el jefe del Gobierno detenta las principales atribuciones ejecutivas, mientras que el jefe del Estado se convierte en una figura institucional sin poderes reales.

En su discurso previo a la votación de investidura, el aún candidato hizo un llamamiento a la unidad del país y a apoyar sus planes futuros para impulsar el nivel de vida de los armenios, reformar la economía y luchar contra la corrupción. "La página de odio debe pasar", ha deseado, antes de concluir con una significativa sentencia. ¡Qe Dios nos ayude..! 

Casi desde el inicio de su actividad política, Pashinyán siempre ha integrado las filas opositoras a los dos hombres fuertes que han controlado los resortes del poder en el pequeño estado caucásico desde los años 90: Robert Kocharyán y Serge Sargsyán. En el 2009, fue detenido por fomentar desórdenes públicos que se tornaron en violentos tras unas elecciones. Dos años más tarde, fue amnistiado.

Este martes, en el centro de Yereván, la capital, decenas de miles de simpatizantes se han congregado para seguir por pantalla gigante la votación de investidura en el Parlamento. En cuanto se anunció el resultado favorable a su líder, estalló la euforia entre los congregados, que no cesaban de repetir el nombre de pila de Pashinyán -"¡Nicol,Nicol,Nicol...!- al tiempo que soltaban palomas blancas al aire y se abrazaban y besaban.    

La alianza con Rusia no cambiará

Pashinyán ha dado a entender que pretende convocar comicios legislativos anticipados en otoño, para poder contar en el Parlamento con una mayoría favorable a su programa de reformas y a las medidas contra la corrupción que planea implementar. También ha ofrecido garantías a Moscú, el principal aliado del pequeño país caucásico, de que la política exterior y de alianzas no se modificaría.

Durante los dias en que duró el pulso entre Pashinyán y el Estado armenio, Moscú observaba con inquietud los acontecimientos, temeroso de que el país siguiera la senda de exrepúblicas soviéticas como Ucrania o Georgia, y se aproximara a Occidente tras un cambio en el liderazgo forzado por protestas populares. Precisamente, el presidente ruso, Vladímir Putin, ha extendido este martes su felicitación a Pashinyán, al tiempo que ha deseado un reforzamiento de los vínculos con Moscú, un gesto que confirma que, de momento, Armenia mantiene el estatus quo con el Kremlin.

La principal razón por la cual Armenia se abstiene de seguir el camino trazado por ucranianos y georgianos es su precaria posición estratégica. Se trata de un país de tres millones de habitantes rodeado de enemigos: por un lado Turquía, a la que se acusa de haber llevado acabo un genocidio contra los armenios durante la primera guerra mundial, y por otro Azerbaiyán, país al que en los años de la disolución de la URSS arrebató el territorio de Nagorno Karabaj, habitado por armenios, tras una costosa guerracostosa guerra.