Radiografía del voto en Francia: una doble fractura territorial y social

Le Pen y Macron, antes del debate televisivo, en La Plaine-Saint-Denis (norte de París), el 3 de mayo.

Le Pen y Macron, antes del debate televisivo, en La Plaine-Saint-Denis (norte de París), el 3 de mayo. / periodico

EVA CANTÓN / PARÍS

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El mapa electoral que deja la segunda vuelta de las elecciones francesas celebradas este domingoelecciones francesas dibuja la geografía de un país dividido territorial sociológicamente. Por un lado, las grandes metrópolis. Por otro, el mundo rural. Hay también una Francia económicamente dinámica y abierta al mundo, y otra sacudida por el desempleo, la desindustrialización y el rechazo al inmigrante. Una franja atlántica y otra mediterránea

En la primera ancla su victoria el futuro presidenteEmmanuel Macron. En la segunda consolida su fuerza la candidata del Frente NacionalMarine Le Pen. Unir esos dos universos será sólo uno de los múltiples retos que tendrá por delante durante los próximos cinco años el joven exministro de Economía de François Hollande. Las urnas le han otorgado una victoria incontestable, un 66% de los votos, pero el alto índice de abstención y el voto en blanco indican que 16 millones de franceses rechazaron al mismo tiempo el programa liberal de En Marcha! y el proyecto populista del Frente Nacional.   

LAS GRANDES CIUDADES Y EL OESTE

Las grandes ciudades han votado masivamente por Emmanuel Macron. El ejemplo más espectacular es el de París donde logra el 90%. En Burdeos, la ciudad de la que es alcalde el exprimer ministro conservador Alain Juppé, logró un 84%, cifra similar a las registradas en Toulouse o Lyón, la capital del Ródano en la que empezó a fraguarse la gesta del candidato centrista hace ahora un año. El porcentaje de apoyo en todas estas urbes supera el 80%. Incluso en Lille, la ciudad del norte gobernada por la socialista Martine Aubry, abiertamente hostil al liberalismo macroniano, obtuvo un 78%.

Fuera de los grandes centros urbanos, el voto a favor de Macron tiñe todo el flanco oeste del mapa francés desde Normandía hasta Occitania, pasando por Bretaña y la costa Atlántica. Se extiende también por el Macizo Central hasta llegar a Ródano-Alpes, en el sureste del Hexágono.

LOS PUEBLOS Y EL NORESTE

El voto lepenista se consolida en las zonas donde ya era fuerte. Se concentra sobre todo en la amplia banda del noreste, desde la región de Altos de Francia hasta la del Gran Este, y el sur, en Provenza-Alpes-Costa Azul. En algunas áreas rurales del norte, como Aisne y Somme (Picardía) el voto a la candidatura de Marine Le Pen superó este domingo el 65%. En su feudo de Hénin Beaumont (Paso de Calais), gobernado por Steeve Briois, actual presidente interino del partido, obtuvo Le Pen su mejor resultado hasta la fecha con un 61,5%.

El avance del Frente Nacional prosigue igualmente en el perímetro mediterráneo, donde goza de una fuerte base electoral heredada de la época en la que Jean Marie Le Pen estaba al frente del partido. No obstante, llama la atención el caso de Fréjus, que tiene como alcalde a David Rachline, director de campaña de Le Pen. En este pequeño pueblo de la Costa Azul,  Macron (49,2%) le pisó los talones a su rival (50,7%).

La líder ultraderechista sólo llegó en cabeza en dos departamentos del norte. Los 99 restantes del mapa francés se decantaron por el candidato de En Marcha! 

UNA FRACTURA SOCIAL

Tras la victoria de Macron se esconde igualmente una división social. Se ha diluido el tradicional enfrentamiento ideológico entre izquierdas y derechas y en su lugar aparece una fractura cultural ligada al nivel formativo. La Francia universitaria de altos ingresos que cree que su nivel de vida ha mejorado se decantó por Macron. La que apenas ha llegado al bachillerato, sufre el paro o vive en precario, no ha dudado en respaldar a Le Pen, mayoritaria entre el electorado obrero (56% frente al 44% de Macron) y en los hogares con ingresos modestos (69% frente al 31%).

ABSTENCION RÉCORD

Aunque Macron ha sido elegido presidente de la República de manera incontestable, el nivel de abstención en la segunda vuelta de las elecciones celebradas este domingo, y el número de votos blancos o nulos, muestra la fragilidad del futuro inquilino del Elíseo.

Por primera vez desde 1969, cuando se disputaban el Elíseo dos candidatos de la derecha, Georges Pompidou y Alain Poher, la abstención en la segunda vuelta ha sido superior al de la primera: un 25,4%.

Si a ella se suman los votos blanco o nulos (6,4%,) el resultado es que 16 millones de electores han optado por el "ni Macron ni Le Pen". Un dato revelador de la desconfianza que suscita el antiguo banquero de Rothschild a pesar de los llamamientos a formar un bloque republicano para cortarle el paso al FN.

A pesar de su cómoda victoria, Macron tiene sólo el respaldo del 43,6% de los electores. Consciente de ello, en el discurso pronunciado en la explanada del Louvre ante miles de seguidores, Macron agradeció el apoyo de los electores que han optado por “defender la República frente los extremismos” y dijo que no interpretaba ese voto como un “cheque en blanco”.  

El inminente reto de Macron es vencer las resistencias de una buena parte de la sociedad francesa que sigue viéndole como un banquero rehén de los intereses del capital. Para empezar, el 61% de los franceses no quieren que el líder de En Marcha! obtenga la mayoría absoluta de la Asamblea Nacional durante las elecciones legislativas del próximo junio, según un sondeo del Instituto Ipsos.

El principal motivo que ha llevado al 43% de los franceses a apoyar a Macron no ha sido su programa sino la oposición a la candidata del Frente Nacional, Marine Le Pen. Un tercio de los encuestados asegura que apoyó a Macron por un deseo de renovación política, el 16% porque comparten su proyecto y un 8% porque se sienten atraídos por su personalidad.