ESTRATEGIA COMUNITARIA

Las cuatro armas de la UE para proteger a sus empresas en Irán

Bruselas lanza el proceso para dotarse de un escudo antisanciones y frenar las medidas extraterritoriales de EEUU

El presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker.

El presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker. / periodico

Silvia Martinez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Estados Unidos seguirá siendo un socio clave y un aliado de la Unión Europea pero su salida unilateral del acuerdo nuclear con Irán ha puesto de manifiesto la cruda realidad. La amenaza de sanciones a todas las empresas europeas que sigan haciendo negocios en ese país muestra, a ojos de la UE, que Donald Trump ha dejado de ser un socio fiable (si es que alguna vez lo fue) y que ha llegado la hora de tejer una red europea de protección para sus empresas.

Tras el visto bueno dado por los líderes europeos este pasado miércoles en Sofía (Bulgaria), este proceso está en marcha aunque su éxito no está garantizado. “La proactividad política de los gobiernos es buena pero tenemos la sensación de que no será suficiente para asegurar que las empresas mantienen sus actividades en Irán”, ha avisado el director de centro empresarial francés de Teherán, Mathieu Etourneau, durante una conferencia del Instituto Internacional de negocios. “Desgraciadamente lo que podemos temer es una salida masiva de empresas europeas”, ha alertado. Sobre la mesa cuatro instrumentos para blindar a las empresas europeas de la agresividad de Washington:.

Estatuto de bloqueo

Se trata de un mecanismo creado en 1996 por la Unión Europea para proteger a sus empresas de otro envite estadounidense, las sanciones impuestas a las empresas que hicieran negocios con Cuba en el marco del bloqueo impuesto a la isla. Aunque nunca llegó a utilizarse porque Washington dio marcha atrás, Bruselas ha decidido rescatar la norma y actualizarla para incluir en el ámbito de acción las sanciones relacionadas con Irán. El estatuto permite a las empresas afectadas recuperar las pérdidas derivadas de las sanciones y anula el efecto en la UE de las posibles sentencias judiciales extranjeras. El objetivo de la UE es que el nuevo reglamento sea de aplicación desde el 5 de agosto, un día antes de que entren en vigor la primera oleada de sanciones de Estados Unidos.

Financiación del BEI

El segundo terreno en el que se moverá la Comisión Europea para contener el impacto de las posibles sanciones es el del Banco Europeo de Inversiones. Tal y como avanzó ayer el presidente Jean-Claude Juncker, la propuesta pasa por eliminar los obstáculos legales para que la entidad pueda utilizar las garantías del presupuesto de la UE para financiar actividades en Irán. De esta forma, el BEI podría apoyar inversiones en el país lo que según Bruselas será beneficioso especialmente para las pequeñas y medianas empresas.

Tanto el Parlamento Europeo como el Consejo tendrán ahora dos meses para presentar alegaciones a estas dos medidas a las que la Comisión Europea está dispuesta a renunciar “si las circunstancias políticas no justifican más la adopción de las mismas”.

Cooperación sectorial

La Comisión Europea mantendrá, en tercer lugar, la cooperación sectorial con el Gobierno de Irán y muy especialmente en el ámbito de la energía. Como primer gesto, el comisario de energía, Miguel Arias Cañete, viajará este fin de semana al país –su tercer visita desde el inicio de su mandato- donde tiene previsto reunirse con varios ministros. Según datos de Bruselas, en 2017 el comercio con Irán movió cerca de 20.000 millones de euros, un 60% más que en el ejercicio anterior. Entre los Estados miembros cuyas empresas están más implicadas en Irán están Alemania o Italia.

Transferencias al Irán

La cuarta pata del escudo antisanciones anunciado por la Comisión Europea se refiere a la posibilidad de que los Estados miembros realicen transferencias al Banco Central de Irán para sortear el sistema financiero estadounidense y ayudar a las autoridades de Teherán a recibir directamente los beneficios derivados de los ingresos del petróleo, especialmente en el caso de que Estados Unidos active sanciones contra las empresas europeas que hacen negocios en este ámbito. El gobierno de Donald Trump anunció esta semana la imposición de sanciones contra el gobernador del Banco central iraní pero según fuentes del Ejecutivo comunitario esto no afectaría a la entidad en sí.