La UE pone en marcha el nuevo cuerpo de guardacostas y fronteras para afrontar las llegadas de refugiados

La agencia contará en una lista de reserva con 1.500 agentes, 111 españoles, capaces de ser movilizados de urgencia

Alambrada entre la forntera de Bulgaria y Turquía.

Alambrada entre la forntera de Bulgaria y Turquía. / periodico

SILVIA MARTINEZ / BRUSELAS

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Los 28 gobiernos europeos son y seguirán siendo las responsables de controlar sus fronteras exteriores, pero en caso de necesidad podrán pedir ayuda al nuevo cuerpo de guardacostas y fronteras de la Unión Europea (UE), que contará a partir de diciembre con una reserva de 1.500 agentes capaz de ser desplegada de forma urgente allá donde sea necesario. Tras 10 meses de trabajo, la UE ha estrenado este jueves en Bulgaria su medida estrella para blindarse ante la crisis migratoria.

Aunque el drama está sobre todo en el Mediterráneo, donde más de 11.000 personas han sido rescatadas en los dos últimos días, la Unión Europea ha optado por inaugurar su nueva y reforzada agencia en el paso frontezo de Kapitan Andreevo, en la frontera entre Bulgaria y Turquía. No es el punto más caliente, pero tras el cierre de la ruta de los Balcanes Frontex se ha visto obligada a desplegar en esa zona 200 agentes, que se suman a los 500 que mantienen en Italia y los 600 de Grecia.

Al acto han acudido el primer ministro búlgaro, Boiko Borissov, el comisario de Inmigración, Dimitrios Avramopoulos, y el director ejecutivo de la agencia, Fabrice Leggeri, satisfechos con un cuerpo que en teoría tendrá más peso pero que seguirá dependiendo de los estados miembros. El presupuesto de la nueva Frontex se verá incrementado en los próximos años: 238 millones en el 2016, 281 en el 2017 y 322 en el 2020. De esta forma, podrá duplicar su personal -la idea es pasar de los 417 funcionarios actuales al millar en cuatro años- y expandir sus responsabilidades. Por ejemplo, en el futuro podrá comprar equipamiento, algo que hasta ahora no podía.

Además, aunque no contará con agentes propios, los Veintiocho tienen que enviar para el 7 de diciembre una lista de reserva con al menos 1.500 agentes. España, según el reparto, tendrá que aportar 111 policías de fronteras, el cuarto país por detrás de Alemania (225), Francia (170) e Italia (125). Es, sin duda, el mayor desafío. En el punto más grave de la crisis, en septiembre del año pasado, la agencia pidió a los estados miembros que enviaran 775 guardias para ayudar en Grecia e Italia, pero los gobiernos apenas mandaron la mitad. Esta lista deberá completarse con una segunda reserva de medios -aviones, helicópteros, barcos, vehículos…- que también deberán remitir los estados miembros.

Aunque inicialmente la Comisión Europea propuso la idea de que la agencia pudiera poner en marcha operaciones de emergencia sin el consentimiento de un Estado miembro, finalmente solo será posible como último recurso y siempre que el Consejo –donde se sientan los representantes de los 28 gobiernos- determine que las medidas de control de un estado miembro son ineficaces y ponen en riesgo el funcionamiento del espacio de libre circulación de Schengen. En ese caso, además, los gobiernos no podrán obligar a un estado miembro a aceptar una operación pero sí reintroducir controles fronterizos.

La tarea principal seguirá siendo la de vigilar los flujos migratorios, realizar análisis de riesgo, evaluar la gestión de las fronteras exteriores y apoyar las operaciones de búsqueda y rescate. Además, una vez al año deberán realizar “tests de resistencia” en las fronteras exteriores para comprobar el grado de preparación y detectar posibles puntos vulnerables. Si identifican problemas, el cuerpo podrá recomendar medidas correctivas.

Hasta ahora Frontex coordinaba en algunas ocasiones vuelos de repatriación de inmigrantes –está previsto que participe en 190 este año- pero no tenía competencia para hacerlo por iniciativa propia. A partir de ahora la agencia asumirá un papel más importante y podrá organizar vuelos en cooperación con terceros países.