CAMBIO DE GOBIERNO

Duque asume el poder en Colombia en medio de desafíos e incógnitas

ivan duque envestido presidente de colombia

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Abel Gilbert

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A los 42 años y bajo el cielo plomizo bogotano, Iván Duque cumplió este martes su sueño infantil: gobernar Colombia. Asumió con el deseo de ser “el presidente de los acuerdos”. Según Duque, si los colombianos se unen “son capaces de logar proezas que ni el realismo mágico puede imaginar”.Diez jefes de Estado y delegados de 17 países participaron de la ceremonia de traspaso de mando entre Juan Manuel Santos y el economista que, con el padrinazgo de Álvaro Uribe le ganó las elecciones a Gustavo Petro. El presidente del PP, Pablo Casado, también asistió al al ceremonia.

Pocas horas antes de iniciarse los festejos, un sismo de 5,8 grados sacudió al centro de país. Las vibraciones llegaron hasta Bogotá. No faltaron los colombianos que lo sintieron en clave política: el retorno al poder de la derecha también llega con el presagio de cimbronazos. El principal temor tiene que ver con el futuro del acuerdo de paz firmado en el 2016 con las FARC. Duque anticipó que intentará “corregir las fallas estructurales” que la derecha ha encontrado en los acuerdos que firmó su antecesor con las FARC. Las víctimas, dijo, tienen que tener reparación moral, material y económica “efectiva” de sus victimarios.La exguerrilla, le pidió mantener "la sensatez". El presidente dijo que se tomará 30 días para decidir si negociará con el ELN, la última guerrilla operativa.

El primer dilema

Durante su discurso inaugural llamó a “señalar” y “perseguir” a  los corruptos con penas severas. No faltaron quienes pensaron en cómo serán a partir de su postulado las relaciones con el verdadero líder de la derecha colombiana. "Uribe, ¿el poder en la sombra?", se preguntó el diario 'El Espectador'. A Duque se le plantea un inesperado problema: ser completamente fiel a su mentor a o las instituciones. La semana pasada, la Corte Suprema de Justicia abrió una investigación en contra del expresidente (2002-2010) por presunto soborno y fraude procesal. La causa se imbrica a su vez con las acciones en los años 90 de las bandas paramilitares.

Las últimas horas de Santos

Santos deja la presidencia con un país en crecimiento (se espera un alza de 2,7% en 2018), con mayor infraestructura y en medio de un nuevo conflicto diplomático con Venezuela. Nicolás Maduro lo ha vinculado con el fallido atentado en su contra. El dirigente abandona el Gobierno con una baja popularidad. De acuerdo con la firma Gallup Poll, un 59% de los consultados desaprueban su gestión. Haber labrado el acuerdo de paz le ha dado un Premio Nobel. Pero internamente, su prestigio se vio corroído por diferentes circunstancias. No han sido menores los ataques de Uribe. 

Una violencia que no cesa

De otro lado, el final de conflicto armado no ha significado un freno a la violencia política de las bandas de extrema derecha. A lo largo de 2018 han sido asesinado 123 líderes sociales, según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz). Entre 2009 y 2017 perdieron la vida 564 dirigentes comunitarios. Duque no pasó por alto este drama y advirtió que “los violentos nunca ganarán espacio en esta democracia”. Aludió claramente a las “bandas criminales” con “capacidad de daño”.

En una columna publicada en el diario bogotano El Tiempo, bajo el título de "Santos, el odiado", Juan Carlos Vélez trató de preguntarse las razones de semejante encono social a pesar de las mejoras macroeconómicas y de infraestructura. Y no encontró una respuesta convincente."“Para que Santos cruce el umbral hacia el reconocimiento interno pasarán décadas", escribió. Por lo pronto, Santos ya avisó no será "un aguijón en la nuca de mi sucesor".Solo pidió una cosa: "Cuidar la paz".