tensión en el país árabe

Irak en alerta máxima por una ola de protestas contra el Gobierno

En el sur del país, miles de personas llevan seis días manifestándose por la corrupción y la falta de empleo

protestas en Irak

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Adrià Rocha Cutiller

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Las fuerzas de seguridad iraquís se han puesto este sábado en alerta máxima tras seis días de protestas consecutivos en el sur del país, las regiones ricas en petróleo. Varios miles de manifestantes, en distintas ciudades de la zona, han intentado bloquear aeropuertos y carreteras, entrar en oficinas del Gobierno, y han lanzado piedras contra las sedes de varios partidos políticos vinculados con Irán: protestan por la falta de gobierno y la corrupción, rampante en el país árabe.

Aunque, de momento, los disturbios solo han ocurrido en el sur, el primer ministro del país, Haider al Abadi, ha decretado la alerta máxima en todo el país porque la situación es crítica: algunos grupos de manifestantes han intentado entrar en hoteles donde se hospedaba el primer ministro.

Desde el pasado 12 de mayo, Abadi gobierna Irak de forma interina. Ese día se celebraron elecciones —las primeras tras la derrota del Estado Islámico—, y las ganó el clérigo chií Moqtada al Sadr, bajo una coalición cuya bandera era la lucha contra la corrupción del gobierno de Abadi —y de todos los anteriores.

Papeles quemados

Desde entonces, bajo decenas de acusaciones de fraude, peticiones de repetición de las elecciones y varios millones de papeletas quemadas en un incendio del que se culpó al calor, las negociaciones para formar gobierno no han surgido efecto y no parece que, a corto plazo, vayan a surgirlo.

«No podemos hacer otra cosa que estar de la parte de nuestros ciudadanos en sus demandas. Sentimos, como iraquís, un enorme sufrimiento», dijo el viernes, en la plegaria semanal, el Gran Ayatollah Ali al Sistani, siempre apartado de la política pero una voz muy influyente entre el sector de la sociedad de credo chií, mayoritario en Irak.

Este sábado las protestas se han extendido a las entradas de los instalaciones de extracción de petróleo del sur del país. Según la policía, sin embargo, el trabajo de recogida de crudo no ha sido interrumpido: el Gobierno, para que esto no pase, ha mandado a defender los pozos a agentes tanto del Ejército como del servicio antiterrorista.