REPRESIÓN EN UN PAÍS MAGREBÍ

Intolerancia en Túnez

Amina Tyler, de frente, antes de ser arrestada.

Amina Tyler, de frente, antes de ser arrestada.

BEATRIZ MESA
RABAT

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El icono feminista tunecino, Amina Tyler, de 18 años, fue arrestada ayer por las autoridades. «No sabemos si su detención se produce por haber cometido un acto provocativo o para evitar el linchamiento de la joven por parte de los salafistas», aseguraron algunos sindicalistas tunecinos contactados por este diario. Al parecer, la joven pintó sobre un muro el nombre de Femen -la asociación internacional a la que pertenece y que defiende los derechos y las libertades de las mujeres en todo el mundo- muy cerca de la mezquita de la ciudad de Kairouan, en el centro de Túnez, donde los integrantes del grupo salafista Ansar al Sharia intentaron congregarse el domingo. «La opinión pública ha reaccionado mal porque, de alguna manera, estaba ultrajando un lugar sagrado», continuaron los sindicalistas.

El portavoz del Ministerio del Interior, justificó la detención por los «gestos inmorales» de Amina. «Nuestra sociedad es musulmana y no aceptamos estos comportamientos marginales», afirmó.

Amina Tyler estaba amenazada desde el pasado mes de marzo, cuando los grupos radicales empezaron a arremeter contra ella en las redes sociales, exigiendo condenarla a muerte por recurrir al destape en Facebook. Tyler colgó unas fotos suyas, con los pechos descubiertos (como hacen las activistas de Femen) y sobre su torso desnudo escribió: «Mi cuerpo es de mi propiedad», en alusión al repudio social sufrido por cuantas mujeres, según la interpretación de la religión islámica, atentan contra el pudor y el honor por mantener relaciones sexuales extramatrimoniales o colocarse unos estrechos pantalones de pitillo marcando silueta.

Tensión social

Sin censura ni otro atuendo que el color carmín rojo en los labios y una raya negra sobre el ojo, la chica revolucionaria lanzó una voz al mundo árabe musulmán contra la discriminación a la que se ven sometidas muchas mujeres. Y lo hizo en un momento de mucha tensión entre el sector secular e islamista de Túnez.

Descrita por sus próximos como una depresiva crónica, sus padres le prohibieron durante mucho tiempo salir de casa, argumentando que era por sus seguridad. A finales de abril, se escapó y aparece desde entonces regularmente en público, sin desnudarse. Por atentar contra el pudor le pueden caer seis años de cárcel.