NEGOCIACIÓN FALLIDA EN BERLÍN

Inquietud en Alemania por la incertidumbre política

La posible repetición de las elecciones generales preocupa al sector empresarial alemán

Merkel (derecha) y el presidente del grupo parlamentario de la CSU, Alexandre Dobrindt, en Berlín, el 20 de noviembre.

Merkel (derecha) y el presidente del grupo parlamentario de la CSU, Alexandre Dobrindt, en Berlín, el 20 de noviembre. / periodico

Carles Planas Bou

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Toda acción política se traduce en los mercados. En Alemania, el reciente fracaso de las negociaciones para formar un Gobierno tripartito y la situación de incertidumbre que se abre con la posibilidad de unas nuevas elecciones ha empezado a inquietar al sector económico. “La situación actual es una decepción para la economía alemana”, ha reconocido Eric Schweitzer, presidente de la Cámara de Comercio e Industria. A pesar del revés, nada apunta a que Alemania tenga razones para sufrir.

Alemania es conocida por ser el oasis político de Europa, una potencia donde la estabilidad y el tradicional consenso entre los grandes partidos han permitido impulsar la economía hasta ser la indudable hegemónica del continente. En sus 12 años de mandato, la cancillera Angela Merkel se ha alzado como baluarte de la estabilidad que ha gustado a las élites económicas. A pesar de que su liderazgo ha mermado y que su cuarta legislatura peligra, nada apunta a que eso vaya a cambiar.

Tranquilidad en la bolsa

Así, a las 18 horas el DAX, el principal índice bursátil alemán, se anotaba una ligera subida de medio punto mientras mantiene su ritmo alcista. El euro aún se mantiene fuerte frente al dólar estadounidense gracias a la preocupación por la reforma fiscal de Trump. La semana pasada, el Gobierno mejoró sus previsiones de crecimiento para el 2017 de un 1,5% a un 2%. Las arcas públicas encadenan tres años seguidos de superávit y un nivel de exportaciones que no para de crecer.

La situación actual supone una anomalía pero no una tragedia. Como apuntan los expertos, otras economías fuertes como las de Bélgica o los Países Bajos han prosperado bajo situaciones mucho más complicadas, con mayor fragmentación y un Gobierno en el limbo político.

Problemas a largo plazo

La probable repetición de elecciones y la posibilidad de que el motor económico de Europa vuelva a sufrir una fragmentación política que le dificulte la formación de mayorías amplias sí puede tener un impacto a largo plazo. La prolongación de un Gobierno débil, opción que Merkel ya ha descartado, podría afectar a la falta de inversiones en cuestiones clave como la educación y la digitalización así como en otras reformas estructurales. La clase política no puede perder mucho tiempo.

Este bloqueo temporal en Alemania también puede frenar las ambiciosas aspiraciones de reformas europeas del presidente francés Emmanuel Macron. Para poner sobre la mesa medidas como la creación de un presupuesto para la eurozona así como un ministro de Finanzas común, el líder francés necesitará el aval de una Merkel fuerte en casa. "La crisis en Alemania es una crisis para Europa”, aseguraba este lunes Stefan Kornelius, periodista y biógrafo de la cancillera.