INVESTIGACIÓN EN CANADÁ

Los 'incel', los 'célibes involuntarios', bajo los focos tras el atropello de Toronto

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Idoya Noain

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Las autoridades canadienses van con cautela y de momento no hablan públicamente de las posibles motivaciones en las que se escudó Alek Minassian para cometer el lunes en Toronto un atropello múltiple con 10 víctimas mortales y 14 heridos por el que ha sido imputado. El martes, no obstante, sí admitieron que poco antes de la masacre Minassian había colgado en Facebook un “mensaje críptico”. También, que sus víctimas fueron “predominantemente mujeres”. Y la combinación de esos dos hechos ha vuelto los focos al movimiento 'incel', abreviatura en inglés de “célibe involuntario”, una subcultura misógina que propaga en internet odio y violencia y que este mismo año entró en la lista de grupos de odio vigilados por el Southern Poverty Law Center.

Fue curiosamente una mujer, y precisamente de Toronto, quien usó el término de los “célibes involuntarios” para crear hace más de 20 años una web que pretendía ser un refugio positivo para corazones solitarios. Pero en algún momento hombres jóvenes, sobre todo blancos, se apropiaron del término y empezaron a usarlo en foros 'on line' para quejarse de su falta de éxito con las mujeres. La culpa, según esa comunidad, vinculada a la llamada ‘alt-right’ o derecha radical, era de cualquiera menos de ellos: sobre todo de las mujeres pero también de otros hombres que sí conseguían mantener relaciones normales con mujeres y, también, de gente de color.

Frustración por la virginidad

Crearon su propio vocabulario, que incluye términos como 'Chads' (los otros hombres, atractivos, con capacidades sociales y que se relacionan con mujeres), 'Stacys' (las mujeres que mantienen relaciones con los Chads), 'Foid' (la abreviatura de 'feminoide', vocablo que combina 'femenino' y 'humanoide' y prolonga la idea de cosificación de la mujer) o “insurrección Beta” (una potencial revuelta armada en que hombres sexualmente frustrados se vengarán de las 'Stacys'). Se refugiaron en esquinas de internet donde prima el anonimato, como Reddit o 4Chan. Y desde allí han propagado su mensaje de odio, incluyendo llamadas a la violación o a las agresiones físicas.

Cuando en el 2014 en California Elliot Rodger, un joven de 22 años, mató a seis personas e hirió a otras 13 antes de suicidarse, dejó tras de sí vídeos y un largo manifiesto en el que se mostraba frustrado por su virginidad, culpaba a las mujeres y justificaba sus acciones como venganza por rechazos. El asesino, que había usado foros de odio como SlutHate (entonces llamado PUAHate), se convirtió en héroe para la oscura comunidad 'incel' 'on line'.

Todo aparece combinado en el mensaje atribuido a Minassian, que rezaba: “¡La Rebelión Incel ya ha comenzado! Derribaremos a todos los Chads y Stacys. Ave Supremo Caballero Elliot Rodger”. Y ahora es él, otro acusado de asesinato, el alabado como ídolo en ese submundo de odio y misoginia.

Despiste y desinformación

Los foros van moviéndose y mutando, pero el contenido no varía. En noviembre, por ejemplo, Reddit se vio forzado a cerrar el subforo de los 'incel', alegando que violaba reglas sobre “contenido violento”, pero surgieron otros como incelTears. Se creó también Incels.me y prosiguió el diálogo enfermo en 4Chan y 8Chan. Como en sitios neonazis, se usa la maniobra del despiste para no permitir discernir cuándo se habla de verdad y cuándo irónicamente.

Hay expertos en desinformación 'on line' que advierten contra dar por seguro que el mensaje de Minassian sea genuino o suyo. Hay precedentes de lo que se conoce como 'source hacking', o pirateo de la fuente, en que grupos de odio han conseguido propagar información falsa vinculada a una matanza. Lo hicieron, por ejemplo, logrando que grupos expertos en odio y medios de comunicación aseguraran que Nikolas Cruz, imputado por la masacre en febrero en un instituto de Parkland (Florida), formaba parte de un grupo supremacista blanco, algo que las autoridades pusieron en duda y no pudieron probar. Quizá por eso las canadienses van con cautela. Pero, sea o no Minassian parte de ella, la subcultura de supremacía masculina está ahí. 'On line'. Y en el mundo que no es solo virtual.