Brutalidad policial en EEUU

Imputado un policía blanco en Chicago por el asesinato de un adolescente negro

El caso se ha acelerado por la inminente publicación del "escalofriante, violento y gráfico" vídeo del incidente

IDOYA NOAIN / NUEVA YORK

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En Chicago, entre julio y septiembre, la policía ha participado en 15 tiroteos. En la última década la ciudad ha pagado 500 millones de dólares para cerrar extrajudicialmente demandas por casos de abuso de fuerza, violencia, brutalidad y hasta torturas que se cometieron desde los años 70 hasta principios de los 90. Lo que no es habitual es que los agentes sean encausados judicialmente, pero la norma se ha roto esta semana. Jason Van Dyke, un agente blanco, ha sido acusado este martes de asesinato en primer grado por la muerte en octubre del 2014 de Laquan McDonald, un joven negro de 17 años.

Van Dyke es el primer policía de Chicago en 35 años encausado por asesinato mientras está de servicio y ni su imputación ni el momento en que llega han sido casuales. Todo lo contrario. La semana pasada un juez ordenó que se hiciera público el vídeo del encuentro entre la policía y McDonald y dio de plazo hasta el miércoles 25 para hacerlo. Ante el temor de que el contenido del vídeo desatara protestas y revueltas similares a las que se han vivido en el último año y medio en Ferguson, Baltimore y otras ciudades de EEUU en respuesta a otras muertes de negros a manos de la policía, la fiscal del estado, Anita Alvarez, ha acelerado el paso. El mismo martes, tras la imputación, Van Dyke se entregaba, comparecía ante un juez y quedaba en custodia tras denegársele la posibilidad de fianza.

El vídeo, que ya se ha publicado, está descrito en los documentos judiciales y, según esa descripción, se ve a McDonald escapando de la policía (que había acudido a una llamada en la que se decía que el adolescente, que llevaba un cuchillo, estaba intentando robar coches en un aparcamiento). Aunque se le ve marchándose, el policía da un paso hacia él y, solo seis segundo después de salir del coche patrulla, empieza a disparar. Los tiros se prolongan durante 14 o 15 segundos, en los que el agente vacía su arma. McDonald pasa unos 13 de esos segundos tirado en el suelo.

EL ÚNICO QUE DESCARGÓ SU ARMA

Van Dyke fue el único de los al menos ocho agentes que acudieron a la escena que descargó su arma. La autopsia de McDonald indicó que recibió 16 tiros, algunos de los cuales le entraron por la espalda, indicando que posiblemente los recibió cuando ya estaba en el suelo.

La imputación de Van Dyke puede resultar insuficiente para calmar los ánimos, que llevan tiempo caldeándose por el caso, en el que desde octubre el agente fue reasignado a trabajo de oficina pero no despedido. La versión policial durante meses ha sido que el vídeo probaría que el policía temió por su vida, pero la fiscal Álvarez ha reconocido en una rueda de prensa que sus acciones y el uso de fuerza letal “no estuvieron justificadas” y ha dicho también que está “convencida de que el vídeo rasgará los corazones de los habitantes de Chicago” y lo ha definido de “gráfico, violento y escalofriante”.

EPÍTETOS RACIALES

Una investigación del Chicago Tribune, además, ha revelado que en sus 14 años de servicio Van Dyke, que tiene 37 años, ha sido objeto de hasta 15 quejas, incluyendo usar epítetos raciales, uso excesivo de fuerza y por apuntar con su arma a un arrestado sin justificación.

Ya el lunes el alcalde de Chicago, Rahm Emanuel, convocó una reunión con líderes religiosos y comunitarios para intentar frenar las protestas y apaciguar el ambiente pero el encuentro, según han declarado algunos participantes, fue tenso. “Han tenido el vídeo durante un año y ahora nos hablan porque necesitan nuestra ayuda para mantener las cosas calmadas”, decía uno de los religiosos, Corey Brooks, según un testimonio recogido por The Guardian.

LLAMADA A LA CALMA

La familia de McDonald (que antes de la imputación había logrado una compensación de la ciudad por cinco millones de dólares incluso antes de presentar una demanda) ha emitido un comunicado llamando a la calma. “Nadie entiende la rabia mejor que nosotros pero, si deciden manifestarse, les urgimos a que sean pacíficos. No acudan a la violencia en nombre de Laquan, dejen que su legado sea mejor que eso”.

La esposa del agente ha creado una petición online para recaudar fondos para su defensa, que para el martes por la mañana había conseguido 10.000 dólares.