MOVILIZACIÓN CIUDADANA

Hollande se plantea indultar a una mujer que mató a su marido tras 47 años de malos tratos

Jacqueline Sauvage.

Jacqueline Sauvage. / periodico

EVA CANTÓN

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El 10 de septiembre del 2012, un día después del suicidio de su hijo Pascal, Jacqueline Sauvage cogió un fusil y mató de tres disparos en la espalda a Norbert Marot, con quien llevaba casada 47 años, los mismos que duraron los abusos sexuales a los niños y la violencia machista.

De niña vio cómo su padre pegaba a su madre, pero, como ella, Jacqueline Sauvage nunca habló del calvario de insultos, amenazas y golpes por el que había pasado siendo adulta. Nunca abandonó el domicilio conyugal. Nunca puso una denuncia. Por eso, los jueces que el 28 de octubre del 2014 la sentenciaron a diez años de cárcel por asesinato sin premeditación, desestimaron el atenuante de la legítima defensa.

La dureza de la pena llevó a Jacqueline Sauvage, que hoy tiene 68 años, a recurrir el fallo. Sin embargo, el 3 de diciembre del 2015, tras cinco horas de deliberación, la mayoría de los jueces del tribunal penal de Loir y Cher confirmaron la condena.

La contrariedad llevó a su familia y entorno a crear grupos de apoyo denunciando la severidad del juicio. La movilización ha sido tal que ha desembocado en una petición ‘on line’ para solicitar al presidente François Hollande el indulto de Jacqueline Sauvage. De momento ya se han registrado 400.000 firmas.

APOYOS CONOCIDOS

Entre las personalidades políticas que se han sumado al comité de apoyo figura la alcaldesa de París, la socialista Anne Hidalgo, el exprimer ministro conservador François Fillon o el eurodiputado ecologista Daniel Cohn-Bendit. Incluso la exprimera dama, Valéry Trierweiler, se ha unido a la causa. Todos apuntan la necesidad de que la sociedad proporcione a las víctimas de la violencia de género la protección que merecen.

Sensible al problema social del caso, el presidente francés ha recibido este viernes en el palacio del Elíseo a las dos abogadas y las tres hijas de Sauvage, a quienes ha prometido que responderá a su petición con rapidez. “Ha ido muy bien. Nos ha escuchado. Tenemos la sensación de que nos ha entendido”, resumía a la salida del encuentro una de las hijas.

SITUACIÓN INCÓMODA

Sin embargo, la decisión de Hollande no será inmediata. De hecho, le coloca en una situación incómoda porque el presidente no es partidario de usar el mecanismo del indulto, una prerrogativa de los antiguos reyes de Francia, suprimida durante la Revolución y restaurada por Napoleón Bonaparte, que forma parte de la Constitución desde 1848.

La gracia presidencial es homologable a una supresión o una reducción de pena, pero no es una amnistía porque la condena se mantiene en el certificado de penales. Hasta ahora Hollande solo ha ejercido este poder una vez, para rebajar la condena al recluso más anciano de Francia.

Sylvie, Carole y Fabienne, las hijas de Jacqueline Sauvage, alegan que su madre “ha sufrido a lo largo de toda su vida de pareja a un hombre violento, tiránico, perverso e incestuoso” y que la justicia debería tenerlo en cuenta.

UN TEMA TABÚ

El proceso de Jacqueline Sauvage ha sacado a la luz la gravedad del fenómeno de la violencia de género, un tema que todavía es tabú en Francia, donde a diario sufren malos tratos unas 200 mujeres. En el 2015, 118 perdieron la vida a manos de sus parejas. Actualmente, solo el 14% de las maltratadas presentan una denuncia contra su agresor.