TRAGEDIA EN LOS CIELOS DE UCRANIA

Holanda y Australia culpan a Rusia del derribo del avión malasio y piden compensaciones

Una web de investigación identifica al oficial de los servicios secretos rusos encargado de trasladar la batería antiaérea BUK al este de Ucrania

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Marc Marginedas

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El Gobierno de Holanda considera al Estado ruso responsable del derribo del avión malasio en el este de Ucrania y exige a Moscú compensaciones para resarcir a los familiares de los pasajeros. En un comunicado emitido en La Haya, el Ejecutivo holandés insta a Rusia a "aceptar su responsabilidad" y a iniciar "un diálogo" para paliar "el enorme sufrimiento" causado.

Holanda ha asegurado que Australia, otro de los países con mayor número de pasajeros a bordo del vuelo MH-17, comparte sus valoraciones y ha advertido a Rusia que los "próximos pasos" a seguir podrían ser presentar el caso en un tribunal internacional o en una organización internacional. Todo ello se produce un día después de que el Equipo Internacionacional Conjunto (JIT) la investigación internacional sobre el derribo del vuelo MH-17 determinara que la batería de misiles BUK que disparó el proyectil pertenecía a la 53 Brigada Antiaérea del Ejército ruso, con base en Kursk.

De inmediato, la UE, la OTAN y EEUU se han sumado a la petición de las autoridades holandesas y asutralianas. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha instado a Rusia a "aceptar su responsabilidad y a cooperar con los esfuerzos para establecer la responsabilidad, de acuerdo con lo estipulado por la resolución 2166 del Consejo de Seguridad". En idénticos términos se ha manifestado la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini: "La Unión Europea hace un llamamiento a la Federación de Rusia para que acepte su responsabilidad y coopere plenamente".   

Reacción del Kremlin

A diferencia de lo sucedido el jueves, cuando los repesentantes rusos se dieron un tiempo antes de reaccionar y rechazar los resultados de la investigación internacional, en esta ocasión el Kremlin se ha apresurado a responder. Preguntado al respecto, Dmitri Peskov, portavoz de la presidencia rusa, ha negado "absolutamente" las acusaciones  de participación del Ejército ruso en el derribo del vuelo MH-17, y ha restado valor a los trabajos del JIT, argumentando que Rusia no participa en los mismos y que,por tanto, no puede reconocerlos. 

El ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, ha aunado esfuerzos con Peskov para rechazar las acusaciones vertidas contra su país y ha declarado, después de haber mantenido una conversación telefónica con el ministro de Exteriores holandés, Stev Blok, este mismo viernes, que los Países Bajos no pueden probar nada de lo dicho.  

Horas más tarde, desde San Petersburgo, el presidente Putin ha resumido la posición de su país. Moscú "no puede" reconocer los resultados del JIT porque sus representantes no han tomado parte en la investigación, y ha exigido que Rusia participe en ella plenamente.     

Nuevos hallazgos

Los representantes del JIT identificaron en su día un centenar de personas sospechosas de participar en el traslado y en la operación antiaérea que derribó al Boeing, una lista que quedó reducida este jueves a "unas pocas decenas", según aunque por el momento han evitado difundir sus nombres, apellidos o detalle alguno acerca de su identidad o sus nacionalidades. Sin embargo, Bellingcat y The Insider, dos webs de investigación que han colaborado con el JIT, han publicado un trabajo conjunto en el que han dado a conocer nombres de los supuestos responsables.

Uno de los implicados, según sus datos, es el general ruso Nikolai Tkachev, cuyo apodo es 'Delfín' y a quien consideran el "comandante de las actividades militares (en Ucrania) desde territorio ruso". Otro de ellos es, Oleg Ivannikov, alias 'Oriol',  un oficial del GRU, el servicio militar de inteligencia exterior, que fue el encargado de supervisar el traslado del arma desde Rusia hasta el este de Ucrania, bajo control de las milicias prorrusas. Según 'Bellingcat' y 'The Insider', en una conversación telefónica interceptada, Ivannikov asegura a su interlocutor: "tenemos BUK", el nombre que recibe un sistema de defensa antiaérea ruso.