LA CARRERA HACIA LA CASA BLANCA

Hillary Clinton hace historia

IDOYA NOAIN / NUEVA YORK

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La barrera definitiva, que hasta ahora ha separado a las mujeres del Despacho Oval, aún está por saltar, pero Hillary Clinton ha logrado ya un hito: convertirse en la primera mujer que logra la nominación presidencial de uno de los dos grandes partidos de Estados Unidos. Y así como en sus anteriores empeños políticos la antigua abogada, exprimera dama, exsenadora y exsecretaria de Estado ha huido en lo posible de quedar atrapada por cuestiones de género, esta vez no huye del logro. El martes, cuando en Brooklyn dio su discurso reclamando su victoria, proclamó: “Hemos hecho historia”.

Clinton se cuidó mucho de etiquetar lo conseguido solo como una revolución femenina o feminista. Habló de “generaciones de hombres y mujeres que lucharon y se sacrificaron e hicieron este momento posible” y repitió mensajes inclusivos. Aseguró que “todavía hay techos que romper para mujeres, hombres y para todos”. 

Todo, no obstante, estaba impregnado de su logro. Especialmente en un país donde ninguna candidata antes que ella había ganado un estado en primarias y donde solo la demócrata Geraldine Ferraro en 1984 y la republicana Sarah Palin en el 2008 habían estado en el 'ticket', pero escogidas por hombres para acompañarles como vicepresidentas; un país donde, según datos de la Universidad de Rutgers, las mujeres (mitad de la población) solo representan un 20% del Senado, un 19% de la Cámara baja, menos de un cuarto de legisladores estatales y solo un 12% de las gobernadurías.

Late el hito en el vídeo de campaña, que se emitió justo antes de que saliera al escenario, que es un canto a luchas y luchadoras por la igualdad titulado con el mismo eslogan (“historia hecha”) que ya aparece también en productos promocionales.

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Y latió en las referencias en su discurso a su fallecida madre, su “mayor influencia” y que, como recordó, nació el 4 de junio de 1919, el mismo día en que EEUU aprobaba la enmienda 19 a la Constitución que reconoció el derecho de voto a las mujeres (entonces solo a las blancas).

DOS FRENTES DE GÉNERO

La histórica nominación de Clinton hace inevitable que el género se ponga en primer plano en la campaña que queda hasta las presidenciales del 8 de noviembre. Y volverá el foco sobre una mujer de 68 años que lleva más de 30 en la esfera pública y que provoca tanta fascinación y devoción como repulsión y ataques.

En un artículo publicado en 'The Guardian', la exdirectora de 'The New York Times' Jill Abramson destacaba que ha reforzado “su determinación, perseverancia y resiliencia, cualidades que incluso sus detractores admiran y temen”. Pero Clinton también arrastra fobias, como las que nacieron por su papel frente a los escándalos sexuales de su marido, o problemas de imagen y para inspirar confianza labrados a lo largo de su carrera y que se han agudizado en esta campaña protagonizada por dos 'outsiders' . Por no hablar de otro tema que ha puesto sobre la mesa la senadora Kirsten Gillibrand. “La gente está indecisa sobre qué siente sobre el liderazgo femenino. La ambigüedad sobre Hillary no viene de ella, proviene de las propias perspectivas de la gente”.

EL SEXISMO DEL MAGNATE

Si el género ocupa un lugar central no será solo por Clinton. Ahí lo ha colocado su rival en el campo republicano, Trump, que desde su irrupción en la campaña ha dado muestras de sexismo y misoginia que han ido haciendo caer en picado su valoración y apoyo entre las votantes y ha sido quien ha atacado a Clinton por ser mujer.

“Ni siquiera se ve presidencial”, tuiteaba el viernes el magnate inmobiliario, que en abril, tras cuatro victorias de Clinton en primarias, aseguró que “la única carta que tiene es la carta de mujer” y dijo: “Francamente, si fuera un hombre no creo que consiguiera el 5% de los votos”.

Ese ataque no solo reforzó a Clinton, que ya lleva 12 puntos de ventaja sobre Trump en el apoyo entre mujeres (él va por encima 22% entre los hombres). Le dio alas para abrazar la pelea. “Me acusa de jugar la carta de mujer –dijo–. Si defender la igualdad salarial, la subida del salario mínimo y políticas de bajas familiares es jugar esa carta, ¿saben qué? Repartan”.

El martes, en Brooklyn, Clinton recordaba en otra ocasión a su madre. “Me enseñó a no achantarme nunca ante un macarra, lo que ha resultado ser bastante buen consejo”, dijo. Los próximos cinco meses, va a tener que usarlo.

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