NEGOCIACIÓN ABIERTA

La UE recibe con frialdad los planes post brexit de May

Theresa May y Angela Merkel con otros dirigentes durante la cumbre de los Balcanes occidentales.

Theresa May y Angela Merkel con otros dirigentes durante la cumbre de los Balcanes occidentales. / .44241325

Silvia Martinez

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El Libro Blanco sobre la relación futura entre la UE y el Reino Unido elaborado por el Ejecutivo de Theresa May no ha impresionado a los 27 gobiernos europeos que este viernes han hecho balance del estado de las conversaciones con el negociador de la Unión Europea, Michel Barnier. Quedan 13 semanas hasta la cumbre de otoño y las cuestiones pendientes para resolver el divorcio de forma amistosa son todavía muchas. Empezando por cómo garantizar una frontera blanda entre Irlanda e Irlanda del Norte y terminando por el futuro de Gibraltar.

La reunión ha tenido lugar un día después del primer encuentro que mantuvieron el jueves en Bruselas el negociador británico, Dominique Raab, y Barnier. Una reunión “útil” y “cordial” en la que no hubo avances concretos pero sí plena coincidencia en la necesidad de “intensificar” las negociaciones. “Debemos encontrar un acuerdo en todos temas abiertos sobre la retirada. La cuestión de Irlanda es la más grave” pero también están “las bases militares de Chipre y evidentemente Gibraltar”, ha resumido Barnier al término de la reunión.

Sin acuerdo de divorcio no habrá ni pacto de retirada ni la fase transitoria solicitada por Londres para garantizar un proceso de salida sin sobresaltos. Los 27 siguen trabajando con una fecha en mente: octubre. Es el plazo que se han dado para cerrar el acuerdo de divorcio de forma que dé tiempo a los parlamentos nacionales y al Parlamento Europeo para ratificarlo, a tiempo para que pueda entrar en vigor a partir del 30 de marzo de 2019, fecha en la que el Reino Unido se convertirá en un país tercero.

Máxima preocupación

La llegada de Raab, con “energías renovadas”, no ha calmado, sin embargo, los ánimos entre gobiernos europeos que asisten cada vez más preocupados a la marejada política que acecha a la primera ministra británica, Theresa May. “El tiempo se acaba, por eso estoy nervioso”, ha dicho este viernes el secretario alemán de Asuntos Europeos, Michael Roth. “En este momento no podemos descartar nada”, ha indicado. “Estamos en una fase crítica” y “debemos estar preparados para toda eventualidad”, ha reconocido el luxemburgués Jean Asselborn. “La cuestión de Irlanda es esencial”, ha apuntado la francesa Nathalie Loiseau.

Según ha explicado Barnier, Bruselas y Londres ya se han puesto de acuerdo sobre el 80% del acuerdo de divorcio, pero quedan muchos elementos pendientes. El primero cómo garantizar la existencia de una frontera blanda entre Irlanda e Irlanda del norte. La solución propuesta por los 27, mantener al territorio norirlandés dentro del mercado único y la unión aduanera, es inaceptable para el Gobierno británico porque consideran que atenta contra la integridad del país.

La primera ministra británica, Theresa May, ha vuelto a insistir en un discurso este viernes que una frontera dura es “inconcebible”, pero considera imposible la propuesta europea. “No pedimos una frontera entre el norte de Irlanda y resto de UK, sino controles en productos porque Londres quiere irse de mercado interior”, ha intentado tranquilizar Barnier. Prueba de lo vital que es este elemento en las negociaciones es que el francés ha invitado a los británicos a negociar de nuevo la próxima semana.

May reclamó a Bruselas que "evolucione" su posición incidiendo en la necesidad de llegar a un acuerdo que evite una frontera estricta en Irlanda del Norte. "Mientras negociamos la salida de la UE, mi prioridad absoluta es proteger y reforzar nuestra valiosa unión, asegurando que el acuerdo que logremos es bueno para todas las partes del Reino Unido", sentenció May.

Defensa de la unidad

Lo que ha vuelto a quedar patente de la reunión entre los 27 es que siguen cerrando filas en torno a Barnier, que hay que acelerar las negociaciones y que el Libro Blanco británico no despeja las muchas dudas. “Durante meses les pedimos que presentaran sus ideas. Lo han hecho y estamos contentos de tener algo con lo que poder trabajar. Pero es solo eso. No son los 10 mandamientos y hay muchas preguntas porque hay muchos elementos que no están claros”, asegura un alto diplomático europeo.

El Libro Blanco es una aportación más al debate y así lo han recibido los 27 y Barnier. “Es el fruto de un debate muy intenso en Reino Unido que era necesario” pero “no ha terminado”, ha avisado Barnier. “Desde nuestro punto de vista hay varios elementos que abren la vía a una discusión constructiva” y hay “elementos útiles y positivos” como la cooperación en materia de seguridad y defensa, pero no es suficiente porque deja muchas preguntas también sin respuesta. “Nadie quiere castigar al Gobierno británico o a su gente, pero al final negociamos sobre la base de nuestras directrices”, ha avisado Roth.