Análisis

La guerra de Irak toca a su fin este mes

Rafael Vilasanjuan

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Todas las guerras acaban algún día. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, fijó el último en el calendario de este mes de agosto para acabar con el combate en Irak, una vez retirada la mayoría de sus tropas y materiales de ataque. Será la operación logística más importante desde la segunda guerra mundial. De los más de 160.000 soldados occidentales que ha llegado a tener Irak, el 31 de agosto solo quedarán 50.000 y ya no estarán para combatir sino para apoyar y asesorar a las fuerzas locales. La guerra habrá terminado.

¿Por qué no celebramos una gran noticia así con tanto aplomo como criticamos las prácticas criminales de la OTAN en Afganistán? Tal vez la razón es que en el imaginario colectivo parece difícil pensar que efectivamente se acabe el conflicto. Y no falta razón. Sobre el terreno los soldados estadounidenses siguen combatiendo y el país sigue siendo uno de los escenarios más complejos del panorama global.

Es cierto que hay indicadores de mejora. Las bajas de EEUU en lo que llevamos de año suman 43 y solo 15 a consecuencia del fuego enemigo, el resto son víctimas de enfermedades, accidentes o suicidios. En Afganistán las bajas de la OTAN en este mismo periodo superan las 400. En comparación, un dato positivo en este mes crucial, pero la violencia continúa, siguen las masacres y cuando todo estaba previsto para acompañar la retirada de tropas con una nueva mayoría gubernamental, el milagro se esfuma.

El primer ministro iraquí, el chií Nuri al Maliki, perdedor en las elecciones legislativas celebradas el pasado mes de marzo, sigue al frente de un Gobierno temporal en minoría absoluta y sin legitimidad alguna. La falta de acuerdo entre fuerzas políticas es la pieza clave de un puzzle que este mes debía empezar a encajar piezas. Ahora puede que el destino no se cumpla por poco.

En un país sin estabilidad ni Gobierno, aunque se retiren las tropas, no acabará la violencia ni el sufrimiento de la población. Se acaba la guerra, pero el final del conflicto está lejos.