Grecia sale del túnel

Alexis Tsipras

Alexis Tsipras / SM

Silvia Martinez / Bruselas

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La estrecha vigilancia económica a la que ha estado sometida Grecia durante los últimos ocho años no va a desaparecer de la noche a la mañana pero el momento de empezar a liberarse de la troika, tras casi una década de austeridad, dolorosos ajustes y tres rescates por valor de 273.000 millones de euros, se acerca. Y la reunión de ministros de economía de la Eurozona de este jueves en Luxemburgo será clave para que el gobierno que lidera Alexis Tsipras empieza a pasar la página de este oscuro período y recupere la normalidad.

"Será decisivo para el futuro de Grecia" y "un test importante para la toma de decisiones en la zona euro", asegura el comisario de economía, Pierre Moscovici, que no esconde su satisfacción porque con la salida de Grecia del programa de rescate se pondrá punto final a una etapa difícil que arrancó en el 2009. "La conclusión del programa griego marcará el final del último capítulo de esta crisis existencial de la Eurozona", ha afirmado convencido de que habrá ‘fumata blanca’ y una señal positiva tanto a los mercados como a la opinión pública.

Sobre la mesa está la cuarta y última evaluación del tercer programa de rescate griego que expira el 20 de agosto y que estaba sujeta al cumplimiento de 88 medidas. Según Moscovici, Grecia ha cumplido con todas y cada una de las exigencias prometidas y ahora le toca al Eurogrupo dar su visto bueno.

Esto permitirá desbloquear un nuevo desembolso cuya cantidad está aún por determinar. Inicialmente estaba previsto en torno a los 11.700 millones de euros pero podría elevarse hasta los 20.000 millones. De esta forma, Grecia podría disponer de un colchón financiero suficiente para hacer frente a sus compromisos de deuda en los próximos dieciocho meses y no tener que pedir prestado en los mercados.

Más medidas de alivio de la deuda

Junto al cierre del programa, los ministros abordarán el alivio de la deuda  (del 178% del PIB) a partir de una batería de opciones todavía por determinar. "Nadie debe perder dinero pero colectivamente debemos encontrar la vía para aliviar la deuda", ha insistido Moscovici. Entre las opciones: extender los plazos de vencimiento de los préstamos existentes o recomprar la deuda y reemplazarla por préstamos más baratos. Bruselas confía en que estos alicientes permitirán a Atenas volver atraer inversores y financiarse por sí sola en los mercados.

Atenas se librará de la troika pero todo esto llevará aparejada una "vigilancia reforzada2 por parte de las autoridades europeas. "No habrá nuevas condiciones", insisten fuentes del Ejecutivo comunitario, pero sí informes trimestrales para comprobar que Atenas mantiene el ritmo en la aplicación de reformas (más de 450 en los últimos tres años).

Vigilancia en 6 áreas

Según el diario griego 'Kathimerini', a cambio de desbloquear determinadas medidas de alivio de la deuda, el acuerdo de salida incluirá el compromiso de Tsipras con las reformas y los estrictos objetivos fiscales al menos hasta 2022. Los inspectores europeos seguirán vigilando seis áreas concretas: las privatizaciones, la administración pública, la fiscalidad y la actuación fiscal, el bienestar y la sanidad, el mercado laboral y los bancos griegos.

Pese a las muchas incertidumbres, la Comisión Europea ha optado por poner el acento en los logros. El país tiene por fin un cadastro que cubre a un tercio de las propiedades, una economía que ha vuelto a crecer (1,4% en 2017 frente al -5,5% de 2010), y una tasa de paro que sigue cayendo (del 27,9% en julio de 2013 al 20,1% este año).

¿Todos los problemas se han resuelto? "Por supuesto que no", ha asegurado Moscovici. Pero por primera vez en mucho tiempo “podemos decir que la economía está comenzando a volver a la normalidad”.