Gobierno y rebeldes de Sudán del Sur firman un acuerdo de paz

El conflicto se originó en diciembre de 2013 tras las acusaciones que el presidente Kiir lanzó al exvicepresidente Machar por supuestamente haber orquestado un golpe de Estado

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El Gobierno y los rebeldes de Sudán del Sur han firmado este lunes un nuevo acuerdo de paz en Adis Abeba tras unas intensas negociaciones que han culminado justo el día en que se terminaba el plazo dado por la comunidad internacional y los países de la región.

El secretario general del gobernante Movimiento por la Liberación del Pueblo Sudanés (SPLM, en inglés), Pagan Amum, y el líder de los rebeldes, el exvicepresidente Riek Machar, han rubricado en presencia de numerosos líderes regionales el esperado acuerdo para poner a una guerra civil de 18 meses.

Sin embargo, el presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir, cuya presencia en Etiopía había sido dudosa hasta el último momento, mantiene reticencias sobre el acuerdo y así lo ha hecho constar a pesar de la gran presión a la que está sujeto su Gobierno.

Por ahora no se conocen los detalles, pero la última propuesta de la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD), que es la que ha liderado el proceso de mediación, incluía un Gobierno de unidad nacional con cuotas de poder para ambos bandos.

El presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, el primer ministro de Etiopía, Hailemariam Desalegn, y la presidenta de la Comisión de la Unión Africana, Dlamini Zuma, entre otros, han presenciado la firma, que ahora deberá ser refrendada sobre el terreno, que es lo que ha fallado en las anteriores negociaciones.

El conflicto de Sudán del Sur se originó en diciembre de 2013 tras las acusaciones que el presidente Kiir (de etnia dinka) lanzó al exvicepresidente Machar (de la etnia rival nuer) por supuestamente haber orquestado un golpe de Estado contra él.

Aquella disputa política derivó en un conflicto que ha dejado miles de muertos, más de dos millones de desplazados y la sensación de que ninguno de los dos líderes quería hacer concesiones en nombre de la paz, pues se han firmado numerosos pactos sobre papel que en la práctica nunca llegaron a cumplirse.