CUMBRE DEL G-20

Los disturbios de Hamburgo salpican a Merkel a tres meses de las elecciones alemanas

Los violentos altercados de la noche del viernes dejan 100 detenciones y más de 200 heridos y generan un problema político en Alemania

G20 Summit in Hamburg - protests

G20 Summit in Hamburg - protests / axb ase

CARLES PLANAS BOU / HAMBURGO (Enviado especial)

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Las calles de Hamburgo se han despertado resacosas por los violentos disturbios que durante la noche del viernes causaron destrozos y dejaron un grave “rastro de destrucción”, según apuntó el ministro del Interior hamburgués Andy Grote. El caos que se vivió durante los altercados ha dejado un total de 100 detenciones y 197 agentes heridos, según ha informado la policía. Entre los manifestantes, habría 11 personas heridas de gravedad. Un caos que, a poco más de dos meses de las elecciones federales, ha entrado en la primera plana política de Alemania.

¿Podrían haberse evitado los disturbios? Aunque la canciller alemana Angela Merkel ha dado las “gracias” a la policía y ha remarcado que la “violencia ciega” es “inaceptable”, la virulencia de las protestas ha captado gran parte de la atención en la cumbre del G-20. Los comercios destrozados y coches en llamas que han ocupado portadas podrían herir electoralmente a Merkel. Por ello, al concluir el G-20 la canciller y el alcalde de Hamburgo, el socialdemócrata Olaf Scholz, se reunieron junto a los agentes de seguridad para mostrarles su apoyo.

Pocas horas antes, el hombre de Merkel en Hamburgo, el líder conservador André Trepoll, acusaba a Scholz y al gobierno progresista de la ciudad de haber “fallado” en garantizar la seguridad de los ciudadanos y de “abandonar” a la policía. Una lucha política a nivel regional que también ha tenido su eco a nivel nacional.

VIOLENCIA EN LAS CALLES

Conscientes de que el G-20 también reuniría en Hamburgo a miles de manifestantes y activistas antisistema, el consistorio solicitó una ayuda a otros estados alemanes que no ha evitado el caos. “Hamburgo nunca debería haber acogido la cumbre del G-20”, ha lamentado Jan Reinecke, responsable en Hamburgo del sindicato de policía BDK, refiriéndose a la fuerte escena anticapitalista que históricamente ha habido en la segunda ciudad más grande del país.

Las protestas del viernes por la noche escalaron cuando un grupo de hasta 1.500 manifestantes encapuchados convirtieron el distrito comercial de Schanzenviertel en un campo de batalla vestido con barricadas y hasta 20 coches quemados que daba una imagen apocalíptica de la ciudad. La policía cargó y la gente respondió lanzando piedras y cócteles molotov. Los organizadores de la protesta y los partidos de izquierda lamentaron la actitud de algunos grupos y criticaron que los más de 21.000 policías desplegados se sirviesen de la “violencia desinhibida” para acallar a las voces críticas.

MANIFESTACIONES PACÍFICAS

La jornada de ayer empezó a calentarse en las calles mientras los jefes de Estado de las 20 mayores potencias industrializadas del mundo se reunían en la flamante filarmónica de Hamburgo. Mientras Merkel, Trump, Putin y compañía escuchaban la ‘Oda a la alegría’ de Beethoven, a pocos cientos de metros de distancia la policía ya había empezado a utilizar gases lacrimógenos y los cañones de agua para dispersar al elevado grupo de manifestantes que protestaban.

En su rueda de prensa de clausura, la anfitriona Merkel ha querido diferenciar la anarquía vivida la noche del viernes en las calles de Hamburgo con unas protestas pacíficas que ha considerado necesarias para el funcionamiento correcto de la democracia alemana. “La violencia que hemos visto es una bofetada a todos los manifestantes pacíficos y a la gente que realmente quiere cambiar las cosas”, ha asegurado. Durante la mañana del sábado, alrededor de 12.000 personas han protestado cívicamente contra el G-20 agrupados bajo el lema “Solidaridad sin fronteras”.