UN PAÍS DE LUTO

La vida en negro en Tailandia

El negro, en señal de luto por la muerte del rey Bhumibol, preside el día a día de los tailandeses.

El negro, en señal de luto por la muerte del rey Bhumibol, preside el día a día de los tailandeses. / periodico

ADRIÁN FONCILLAS / PEKÍN

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Las autoridades de Tailandia afrontan el reto de compatibilizar la clasificación para el Mundial de fútbol con el duelo nacional decretado por la reciente muerte del rey Bhumibol. El partido se celebrará en Bangkok el 15 de noviembre por la escasa sensibilidad de Australia, que ha rechazado retrasarlo o jugarlo en un tercer país. Será a puerta cerrada o con instrucciones al público de que vista de negro y controle el entusiasmo tras los hipotéticos goles. La Federación de Fútbol Tailandesa cavila aún los detalles.

El País de las Sonrisas pasa por tiempos pesarosos y melancólicos. Muchos tailandeses veían en el rey a un padrea un padre después de siete décadas en el trono. Una propaganda de tintes norcoreanos y la amenaza de 15 años de cárcel por criticarle explican solo en parte la devoción popular. La devastación emocional es sincera y conviene oficializarla. El duelo nacional durará un año, los tailandeses deberán evitar las vestimentas coloreadas al menos durante un mes y los acontecimientos deportivos o musicales han sido cancelados hasta nueva orden.

Es habitual que después de tsunamis, golpes de estado u otras tragedias en Tailandia se acuda a la prostitución para tomarle la temperatura al país. El Soi Cowboy, epicentro del sector en Bangkok, permanece cerrado. No se recordaba nada parecido desde que un antiguo militar estadounidense abriera el primer bar en esa callejuela de apenas un centenar de metros 40 años atrás. Las jovencitas que se colgaban del hombro del turista han sido instruidas para que regresen a sus hogares de la Tailandia rural por unas semanas.

SÍMBOLO DE LA PUREZA

Las webs de oficinas gubernamentales, embajadas, la bolsa, aerolíneas nacionales, periódicos y negocios privados siguen monocromáticas una semana después del fallecimiento de Bhumibol. También la población viste mayoritariamente de riguroso negro, con breves incursiones en el blanco que simboliza la pureza o los grises. La súbita obligación moral del negro en un risueño país amenaza con el desabastecimiento. Muchas tiendas han agotado sus existencias mientras otras han multiplicado los precios a pesar de las amenazas de cárcel o multas a los que busquen lucro en el drama.

Ennegrecer todo el país exige ímprobos esfuerzos. En los últimos días han aparecido en las calles estaciones gratuitas con tinte negro para que la población coloque en grandes cubas sus irreverentes prendas y las recupere listas para el duelo. El Gobierno ha exigido a los fabricantes que aumenten la producción de camisetas negras y ha destinado esta semana unos 40 millones de euros para que los bancos estatales las distribuyan a ocho millones de tailandeses de bajos ingresos.

Algunos renuentes al negro han sido fotografiados, acosados e insultados por ultramonárquicos. El general Prayuth, en el poder desde la asonada del 2014, ha tenido que serenar a los fiscales populares. “No está bien perseguir a los que no visten de negro. No hagamos de esto un problema”, ha asegurado Prayuth en un inusual rapto de sensatez. Pero su ministro de Justicia, Paibooln Koomchaya, ha alentado a los vigilantes asegurando que “no hay nada mejor que la justicia social”.

INCIDENTES AISLADOS

Son días tranquilos en Tailandia, un país irremediablemente fracturado en el que solo el monarca era respetado sin excepciones. Las redes sociales han recogido algún incidente aislado de turbas golpeando a quienes habían insultado al monarca fallecido. La ley de lesa majestad se cumple con más celo desde que los militares tomaron el poder y esta semana incluso han pedido al resto de países que les entreguen a los tailandeses que falten el respeto en el extranjero.

La solicitud es impracticable pero desvela el vigor con el que sujetan las bridas del país y el temor a que las costuras revienten ya sin el pegamento real. Está previsto que el príncipe Vajiralongkorn sea nombrado oficialmente monarca en los próximos días y coronado en un año. Algunos expertos aseguran que el golpe militar buscaba precisamente pilotar el país durante el delicado relevo real.