bombardeo en Siria

Macron: "Se ha traspasado la línea roja fijada en mayo del 2017"

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Eva Cantón

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Emmanuel Macron cumple sus amenazas. El 29 de mayo del 2017 en el Palacio de Versalles y en presencia de Vladimir Putin el presidente francés dejó claro que el uso de armas químicas sería una “línea roja” que Bachar el Assad no debería traspasar. De hacerlo, Francia respondería con contundencia. Es lo que ha hecho en la madrugada de este sábado sumándose al ataque de Washington y Londres contra el arsenal químico del régimen de Damasco. “La línea roja fijada por Francia en mayo del 2017 se ha traspasado”, ha dicho Macron en un comunicado del Elíseo.

“He ordenado a las fuerzas armadas francesas intervenir esta noche en el marco de una operación internacional en coalición con Estados Unidos y Reino Unido y dirigida contra el arsenal químico clandestino del régimen sirio”, explica el presidente. En una foto colgada en su cuenta de Twitter se le ve junto a varios de sus ministros al frente de la reunión de coordinación militar.

Los tres países acusan a Damasco de emplear armas químicas en el ataque del 7 de abril contra la población de Duma y los bombardeos van destinados a destruir la capacidad química del régimen. Como en el recuerdo de todos están las inexistentes armas de destrucción masiva que justificaron en el 2003 la guerra de Irak, Macron aseguró este jueves en una entrevista en TF1 que Francia disponía de “pruebas” de que Bachar el Assad había usado gases tóxicos, al menos cloro.

Este sábado, el Ministerio de Asuntos Exteriores las ha hecho públicas y el jefe de la diplomacia gala, Jean Yves Le Drian, ha reiterado que no hay “dudas” de su uso y que se están analizando las pruebas para determinar qué tipo de gases se emplearon en Duma.

La intervención militar, a la que Francia ha contribuido con cinco fragatas situadas en el Mediterráneo, cinco aviones Rafale, cuatro Mirage y dos Awacs, se ha limitado a destruir la capacidad de producción química del régimen sirio

La ministra de Defensa, Florence Parly, ha afirmado que la misión francesa “ha sido un éxito” y que la capacidad de Siria para fabricar armas químicas ha sido mermada. “Todos nuestros misiles han alcanzado su objetivo”, ha indicado Parly. Los objetivos, ha añadido, han sido elegidos cuidadosamente para minimizar el riesgo de víctimas colaterales. Francia ha lanzado doce misiles crucero.

Violación del derecho internacional

Macron considera que la actuación de Damasco viola el derecho internacional y las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. “No podemos tolerar la banalización del empleo de armas químicas, que es un peligro inmediato para el pueblo sirio y para nuestra seguridad colectiva”, ha esgrimido.

El presidente francés se ha mantenido en los últimos días en estrecho contacto con su homólogo norteamericano, Donald Trump, y con la primera ministra británica, Theresa May, para coordinar la operación. Este viernes telefoneó al presidente ruso, Vladimir Putin, para reprocharle su veto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a la respuesta internacional contra su aliado en la región y, seguramente, para prevenirle de la inminencia de la ofensiva.

Francia quiere evitar a toda costa una escalada bélica en el polvorín sirio y, especialmente, impedir que los militares rusos desplegados sobre el terreno se vean afectados. De manera paralela a la acción militar, retomará en Naciones Unidas los esfuerzos diplomáticos para establecer un mecanismo internacional que determine las responsabilidades en el ataque e impedir que el régimen de Damasco reincida.

La prioridad número uno de Macron en la zona es proseguir la lucha contra el autoproclamado Estado Islámico (EI) porque fue en sus bastiones sirios donde se prepararon los terribles atentados que Francia sufrió en el 2015.

Francia insiste en que se deben cumplir las resoluciones de la ONU para que las asociaciones humanitarias puedan asistir a la población civil y en preparar una salida política al conflicto. Está por ver si el ataque de esta madrugada contribuye a la pacificación del país y a la estabilidad de la zona que anhela el presidente francés.

Credibilidad política

Macron informará al Parlamento galo de la decisión de implicar a las fuerzas armadas francesas en la operación. El debate se anuncia tenso. El líder de la Francia Insumisa, Jean Luc Mélenchon, ha acusado al presidente de actuar sin pruebas, sin mandato de la ONU y sin el acuerdo europeo.

“Es una aventura revanchista de Estados Unidos, una escalada irresponsable”, ha dicho. Para Marine Le Pen, Francia se embarca en una aventura de “consecuencias imprevisibles” y aliándose con Washington demuestra que no es una potencia mundial “independiente”.

Con su primera gran operación militar en el exterior desde que llegó a la presidencia, Macron se juega sobre todo su credibilidad política. El actual inquilino del Elíseo era consejero de François Hollande cuando en el 2013 Barack Obama dio marcha atrás a los planes de intervenir en Siria tras un ataque químico de Bachar el Assad, dejando en evidencia al entonces presidente francés. Cinco años después, para Macron era clave optar por la firmeza.

Corbyn, a la carga

En el Reino Unido, el otro socio de la operación, también ha habido división de opiniones. Mientras la primera ministra, Theresa May, se felicitaba por el ataque "limitado, dirigido y efectivo" para degradar la capacidad del régimen de Asad de desarrollar y emplear armas químicas, el líder laborista, Jeremy Corbyn, lo tildaba de "legalmente cuestionable" y criticaba que el Reino Unido "acepte instrucciones" de Trump y comprometa a su personal militar.