MEDIDA ECONÓMICA

El Gobierno francés aprueba por decreto la polémica reforma laboral

El primer ministro, Manuel Valls.

El primer ministro, Manuel Valls. / tsc

EVA CANTÓN / PARÍS

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Definitivamente, el final del mandato de François Hollande no será un camino de rosas. Hundido en las encuestas y enfrentado a una incesante contestación social, el recurso al decreto para sacar adelante su última gran reforma antes de las elecciones presidenciales del 2017 no contribuirá a hacer las paces ni con su electorado ni con el sector crítico de su propio partido.

La fractura provocada en las filas socialistas por la reforma laboral de la ministra de Trabajo, Myriam El Khomri, y la constatación de que el proyecto de ley carecía de votos suficientes para ser aprobado en la Asamblea Nacional, ha llevado al primer ministro, Manuel Valls, a anunciar la aplicación del artículo 49.3 de la Constitución, un fórceps que esquiva el voto parlamentario y deja en evidencia el fracaso del Gobierno para lograr el apoyo de la Cámara.

Valls ha defendido este martes en un hemiciclo encendido un texto “coherente y equilibrado” y ha justificado el uso del decreto para hacer “avanzar el país”. “De continuar el debate parlamentario se corre el riesgo de ofrecer el desolador espectáculo de la división y del politiqueo de una minoría de bloqueo”, ha dicho.

Con esta decisión ha abierto la puerta a una moción de censura que el centro derecha ha presentado horas después y que será debatida este jueves sin grandes probabilidades de éxito porque Los Republicanos y los centristas del UDI no suman suficientes votos para tumbar al Ejecutivo. Si los socialistas rebeldes estuvieran tentados de secundarla, serían expulsados del partido, les ha advertido el diputado Christophe Caresche.

MANIFESTACIONES ANTE LA ASAMBLEA

El controvertido proyecto de ley será pues aprobado automáticamente transcurrido ese plazo de 48 horas, pero no sofocará el motín que ha desatado el uso del decreto. Cientos de manifestantes se congregaron horas después frente al edificio de la Asamblea para protestar contra la aplicación del artículo 49.3 y se esperan nuevas movilizaciones para este jueves. El movimiento similar a los indignados españoles, bautizado como Nuit Debout (Noche en pie), que ha nacido al calor del rechazo a la ley, ha calificado de “insulto al pueblo y denegación de democracia” la actitud del Ejecutivo mientras que el sindicato CGT ha hablado de “verdadera vergüenza”.

Presentada en consejo de Ministros el pasado 24 de marzo, la versión inicial de la reforma con la que el Ejecutivo pretende flexibilizar el mercado laboral, en línea con lo que han hecho otros países europeos, ha sufrido numerosas modificaciones en un intento de aplacar las protestas de sindicatos y asociaciones de estudiantes, que han salpicado de manifestaciones las calles del país en los dos últimos meses.

Sin embargo, las concesiones no sólo han sido insuficientes para convencer a la treintena de diputados socialistas rebeldes sino que han generado el rechazo de la derecha y la patronal, que acusan al Gobierno de haber vaciado la ley de contenido. “En lugar de respetar a los diputados, el presidente ha optado por el uso de la fuerza para imponer una versión que, al final, no satisface a nadie”, ha criticado el partido liderado por Nicolas Sarkozy.

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