LA CARRERA A LA CASA BLANCA

El FBI reabre la investigación contra Hillary Clinton a 11 días de las elecciones

Hillary Clinton

Hillary Clinton / periodico

RICARDO MIR DE FRANCIA / WASHINGTON

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Decir que la campaña en Estados Unidos está siendo insólita es esta vez algo más que un latiguillo recurrente para movilizar a los votantes o vender más periódicos. Cuando los estadounidenses acudan a las urnas el próximo 8 de noviembre tendrán que elegir entre un candidato republicano que ha sido acusado de agresión sexual por una decena de mujeres y una candidata demócrata que está siendo investigada por haber puesto potencialmente en peligro la seguridad nacional. Así son las cosas después de que el FBI decidiera este viernes reactivar la investigación contra Hillary Clinton por la gestión que hizo de sus correos electrónicos durante su época al frente del Departamento de Estado. La noticia ha caído como una bomba en las filas demócratas y ha desatado el nerviosismo en las bolsas.

Nadie esperaba una sorpresa semejante a solo 11 días de las elecciones, tres meses después de que el FBI concluyera su investigación inicial sin recomendar cargos contra Clinton. Pero esta mañana el director de la agencia, James Comey, ha enviado una carta a los congresistas para informarles de que han aparecido nuevos 'e-mails' que “podrían ser pertinentes” en la investigación de la ex secretaria de Estado. “He decidido que el FBI debería dar los pasos necesarios para que los investigadores examinen estos 'e-mails' y determinen si contienen información clasificada”, ha escrito el director de la agencia. Comey añade que todavía no sabe si el nuevo material es “significativo” ni cuándo concluirán las pesquisas. En cualquier caso, la investigación queda reabierta.

INCERTIDUMBRE

La noticia ha añadido un nuevo elemento de incertidumbre a esta recta final de la campaña. Clinton sigue comandando las encuestas, pero la diferencia se ha estrechado ligeramente en los últimos días a medida que surgen nuevas revelaciones de los correos hackeados de su jefe de campaña. Desde Nuevo Hampshire, el republicano Donald Trump ha celebrado la decisión del FBI después de semanas de críticas constantes a Comey por no incriminar a su rival. “La corrupción de Hillary Clinton es de unos niveles nunca vistos. Tenemos que impedir que lleve sus estratagemas criminales a la Casa Blanca”, ha dicho Trump mientras sus seguidores coreaban el ya clásico “enciérrenla”.

El jefe de campaña de Clinton, John Podesta, ha reaccionado con incredulidad a la decisión de Comey, al que ha reclamado que aporte "inmediatamente al público estadounidense más información de la que contiene la carta envida a ocho presidentes de comité republicanos". Desde el entorno demócrata se está criticando que el jefe del FBI, que es republicano, haya relanzado las sospechas sobre la candidata a tan pocos días de las elecciones sin que haya nada aparentemente tangible para justificarlo. "Tenemos confianza de que esto no producirá conclusiones diferentes a las alcanzadas por el FBI en julio", ha dicho Podesta.

EL CASO DE ANTHONY WEINER

La susceptibilidad demócrata se apoya además en el hecho de que los nuevos correos no salen de los dispositivos electrónicos que el Departamento de Estado entregó al FBI después de que el 'New York Times' publicara hace más de un año que la ex secretaria de Estado había utilizado servidores privados para almacenar sus comunicaciones. Según publica el rotativo neoyorquino, salen de una investigación totalmente distinta, de los dispositivos confiscados al excongresista estatal de Nueva York Anthony Weiner. Weiner tuvo que dejar la política después de que aparecieran en las redes sociales las fotos en calzoncillos que le mandó a una admiradora. Nada de esto tendría importancia si no fuera porque el neoyorquiino está casado con Huma Abedin, la secretaria personal de Clinton y figura clave en su campaña.

El pasado mes de julio, el FBI concluyó que Clinton actuó con “extraordinaria negligencia” al utilizar un servidor privado para almacenar sus correos durante la etapa en que estuvo al frente de la diplomacia. Y es que, entre otras cosas, se arriesgó a que se piratearan sus comunicaciones, poniendo en peligro material clasificado. En el entorno de la candidata, saltaron las alarmas. “Es increíble”, escribió Podesta al enterarse por la prensa del uso del servidor privado. “¿Por qué no lo arreglaron hace pongamos 18 meses?”, dijo otra de sus asesoras, según los correos ‘hackeados’ de Podesta. “Creo que sé la respuesta”, escribió Neera Tandem. “Querían que no les pillaran”. Es decir, querían mantenerlo en secreto.

Durante los muchos meses de investigaciones y escrutinio mediático, quedó claro que Clinton no dijo toda la verdad al explicar lo sucedido. Al explicar, por ejemplo, que entregó a la agencia todos sus correos profesionales o que no envió 'e-mails' con material clasificado. El FBI consideró, sin embargo, que no había pruebas de que hubiera actuado de forma imprudente para cometer un delito.