PERSECUCIÓN RELIGIOSA EN IRAK

Éxodo cristiano en Mosul

El Estado Islámico ha forzado la huida de los 35.000 caldeos, asirios y siríacos de esa ciudad iraquí Los yihadistas amenazaron con ejecutarles si no se convertían y señalaron sus casas

Desplazados 8 Una monja distribuye ayuda entre los cristianos huidos de Mosul.

Desplazados 8 Una monja distribuye ayuda entre los cristianos huidos de Mosul.

ANTONIO BAQUERO
BARCELONA

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Por primera vez en casi 2.000 años, la ciudad iraquí de Mosul se ha quedado sin cristianos. Los 35.000 fieles -caldeos, asirios y siríacos- que aún resistían en esa urbe, la heredera de la bíblica Nínive, han huido en la última semana después de que el Estado Islámico (EI) emitiera un ultimátum según el cual solo podían seguir en la ciudad si se convertían al islam o si aceptaban el pago de la djizya, el tributo que en los primeros tiempos islámicos

pagaban los no musulmanes para poder residir en su territorio. Los que se negaran serían ejecutados.

«Les proponemos tres cosas: el islam, la dhimma (quedarse pagando la djizya) y, si rechazan estas dos opciones, no les quedará más que la espada», se decía en un pasquín distribuido en Mosul. Además, los miembros del EI marcaron las casas de los cristianos pintando en su puerta una gran noun, la letra árabe que equivale a la N y que hace referencia al término nasara (cristiano en árabe). En las viviendas de los que se fueron, los milicianos del califato islámico escribían: «Inmueble propiedad del EI».

Se trata de un éxodo en toda regla. «Mosul se ha vaciado de cristianos», dijo el patriarca caldeo Louis Sako, que recordó que en el 2003, antes de la invasión de EEUU, en la ciudad vivían 60.000 cristianos. Entonces, en Irak había dos millones de cristianos de 11 ritos distintos. Ahora quedan 400.000. «Los líderes del EI están creando el reino del terror», denunció Sarah leah Whiston, responsable de la oenegé Human Rights Watch.

Conventos asaltados

«Los cristianos están en Mosul desde hace siglos y esas familias han sido expulsadas. Nunca en Irak había pasado que los cristianos fueran expulsados de sus casas como si no tuvieran ningún derecho. Y eso ahora está pasando», dijo monseñor Saab Syroub, obispo auxiliar caldeo de Bagdad.

La mayoría de familias cristianas se han desplazado al Kurdistán iraquí, sobre todo a las ciudades de Erbil y Dohuk, donde cuentan con protección de los peshmergas, las milicias kurdas. Los líderes kurdos han decidido proteger a las comunidades cristianas para reforzar su posición de cara a una eventual declaración de un Estado kurdo.

Además, los yihadistas están destruyendo todo el legado que pueda quedar. Así, según informó la agencia vaticana Ayuda a la Iglesia Necesitada, la sede del episcopado católico en Mosul fue incendiada por los milicianos del califato. El pasado fin de semana, los yihadistas ocuparon dos de los monasterios más venerados por las comunidades cristianas iraquís. Así, el sábado irrumpieron en el convento de San Jorge, en el norte de Mosul, mientras que el domingo tomaron el monasterio de los mártires Behnam y Sarah, del siglo IV. En ambos casos expulsaron a los monjes, impidiéndoles llevarse nada consigo. A merced de los yihadistas quedan ahora dos monumentos históricos cristianos así como una biblioteca valiosísima pues contiene cientos de libros y manuscritos antiguos.

Este éxodo se produce «en uno de los territorios a los que primero llegó la cristiandad» y que «fue extraordinariamente floreciente en lo que respecta a la producción literaria y religiosa», explica el profesor de Teología y experto en las iglesias orientales Sebastià Janeras, que añade: «Desde Nínive la iglesia asiria se extendió por toda Asia, llegando a tener 200 obispados en China hasta que en el siglo XV los mongoles les expulsaron».

La comunidad caldea está presente en Irak desde mucho antes de que, en el siglo VII, llegaran a ese territorio los musulmanes. Por eso, los caldeos aseguran ser, detrás de árabes y kurdos, el tercer gran grupo étnico en Irak. Además, tenían aspiraciones territoriales. Semanas antes de que a principios de junio el EI conquistara la ciudad, varias personalidades caldeas se reunieron para proponer una provincia autónoma en la que se conoce como Llanura de Nínive para caldeos, asirios y siríacos.

Revive así un anhelo histórico de los cristianos a quienes, ya en la primera guerra mundial, Gran Bretaña les prometió un Estado propio a cambio de su apoyo contra los turcos.