La Eurocámara hace efectiva su amenaza y pide la suspensión temporal de negociaciones con Turquía

El pleno del Parlamento Europeo pide por aplastante mayoría castigar al régimen de Erdogan

Federica Mogherini se dirige al Parlamento Europeo.

Federica Mogherini se dirige al Parlamento Europeo. / periodico

SILVIA MARTINEZ / BRUSELAS

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La última palabra la tienen los 28 gobiernos de la Unión Europea y en estos momentos, según aseguró este pasado martes la jefa de la diplomacia europea, Federica MogheriniFederica Mogherini, hay poco apetito y prima la opinión de que es necesario mantener los canales de comunicación con Ankara abiertos. Pero el mensaje lanzado este jueves por la Eurocámara es inequívoco: la Unión Europea debe suspender las negociaciones de adhesión con Turquía.

Así consta en una resolución aprobada con un aplastante mayoría: 479 votos a favor, 37 en contra y 107 abstenciones. Todos los grandes grupos de la cámara –PPE, PSE, Conservadores británicos, Izquierda Europea, Liberales o Verdes- consideran que ha llegado el momento de castigar al régimen de Tayyip Erdogan por las “desproporcionadas medidas represivas adoptadas por Turquía desde la fallida intentona de golpe militar de julio de 2016”.

Una purga que se ha saldado con la detención de 129.000 funcionarios, varios miles de jueces y fiscales, la encarcelación de una decena de miembros de la oposición kurda así como de centenares de periodistas. 121, según la federación europea de periodistas, permanecen en prisión. Los únicos que no han suscrito el texto conjunto pactado han sido el grupo que lidera el euroescéptico británico Nigel Farage y el de la ultraderechista francesa Marine Le Pen.

Los eurodiputados aseguran en esta declaración política que siguen comprometidos a mantener a Turquía vinculada a la UE y se comprometen a revisar su posición, pero solo cuando el gobierno de Erdogan levante las “desproporcionadas medidas adoptadas en el marco de excepción en Turquía”. Medidas, denuncian, que vulneran los derechos y las libertades básicas protegidas por la Constitución turca y que suponen una ruptura de los valores democráticos de la UE.

LA PENA DE MUERTE, LÍNEA ROJA

Por eso insisten que en el proceso de revisión tendrá muy en cuenta el restablecimiento del estado de derecho y los derechos humanos y, sobre todo, lo que ocurra con la pena de muerte. “La reintroducción de la pena capital por el gobierno de Turquía tendría que dar lugar a una suspensión formal del proceso”, avisan. Dicho con claridad, si el gobierno de Ankara sigue con sus planes de introducir la pena de muerte en la legislación dejará automáticamente de ser candidato a entrar en la Unión Europea.

Anticipando el resultado y tras el encendido debate del pasado martes, Erdogan minimizaba la resolución advirtiendo que carecía de valor para su gobierno fuese cual fuese el resultado. Lo cierto es que el texto no vincula jurídicamente a los gobiernos europeos, pero sí envía una señal política muy clara de cual es el sentir de la Eurocámara y lo que esperan de sus ministros de exteriores. Los gobiernos europeos se resisten a elevar el tono, por temor a las consecuencias que podría tener sobre el pacto migratorio firmado en marzo de este año y que ha permitido sellar la ruta a través del Egeo a cambio de 6.000 millones de euros, pero la advertencia esta vez es contundente y exigirá una respuesta. Turquía solicitó su ingreso en el club hace ya once años. De los 35 capítulos que consta el proceso negociación solo se hace cerrado uno.