Guerra civil en un país árabe

El enviado de la ONU intenta acercar a los negociadores sirios

MONTSERRAT RADIGALES

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

«Un hombre y sus secuaces no pueden seguir manteniendo como rehén a una nación entera», afirmó el miércoles en Montreux el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, refiriéndose al presidente sirio, Bashar el Asad. El mediador de la ONU, Lajdar Brahimi, dedicó ayer sus esfuerzos a evitar que la disputa sobre la continuidad o no de Asad en el poder durante la hipotética transición en Siria dé al traste con las negociaciones entre régimen y oposición.

La negociación comienza oficialmente hoy. La jornada de ayer debía ser de pausa, con el fin de rebajar la tensión tras la agresiva retórica empleada en la conferencia internacional en Montreux, sobre todo por el viceprimer ministro y titular de Exteriores sirio, Walid Mualem. Pero Brahimi se reunió ayer por separado en Ginebra con las dos partes con el fin de explorar si estaban en condiciones de mantener ya hoy conversaciones cara a cara, o si es mejor que él mismo, como mediador, haga de intermediario en un diálogo indirecto en el que las dos delegaciones no se sienten en la misma mesa. Aunque no ha habido ningún anuncio oficial al respecto, fuentes opositoras señalaron que en la primera fase no habrá diálogo directo.

PARTE DEL PASADOEl presidente de la Coalición Nacional de las Fuerzas Revolucionarias de Oposición Siria (CNFROS), Ahmed Jarba, insistió anoche en una rueda de prensa en Ginebra en que para su delegación la prioridad en las negociaciones es el «establecimiento de un Gobierno de transición con plenos poderes», tal como exige la declaración de la conferencia Ginebra I (2012); o sea, apartar a Asad del poder.

«No solo nosotros, sino el mundo entero está ya convencido de que Asad no puede quedarse en el poder. Todo el mundo está ya convencido de que Asad y su régimen forman parte del pasado», declaró.

Jarba señaló que, antes de decidir acudir a la conferencia Ginebra II y a las negociaciones, la CNFROS había recibido garantías de EEUU en este sentido. De forma más significativa, aseguró que cuando la semana pasada se reunió en París con el ministro de Exteriores ruso, Seguéi Lavrov, éste le aseguro que Rusia (aliada del régimen de Damasco) «no se aferra a Asad», sino que es una cuestión que deben decidir «los propios sirios a través de un proceso político». Por su parte, el presidente iraní, Hasán Rohani, cuyo país, aliado también de Damasco, quedó excluido de la conferencia Ginebra II, afirmó ayer en el foro económico de Davos que «la mejor solución para Siria es organizar elecciones democráticas».

LA DELEGACIÓN / Jarba, que encabezó la delegación en Montreux y ayer se reunió con Brahimi, señaló que ha delegado en otro miembro de la coalición, aunque no explicó porqué. «He dado autorización plena al equipo negociador y no es importante quién lo lidera. Lo importante es que la negociación se base en lo establecido por Ginebra I», afirmó el dirigente opositor, cuya reelección como presidente de la CNFROS provocó hace tres semanas la dimisión de varios de sus miembros.

Así pues, la agenda de las negociaciones, y no solo su contenido sustancial, son motivo de disputa. Para el Gobierno de Damasco la prioridad es «la lucha contra el terrorismo». Para la oposición, la marcha de Asad y el Gobierno de transición. La estrategia inicial de Brahimi es aparcar momentáneamente las cuestiones con mayor carga política, y centrarse al inicio en aspectos menos ambiciosos pero que permitan aliviar la situación de la población civil, como la consecución de un alto el fuego, aunque sea limitado, un intercambio de prisioneros y sobre todo garantizar la llegada de la ayuda humanitaria a la población.

El proceso negociador no tiene plazos fijados. Se calcula que esta primera ronda que empieza hoy durará alrededor de una semana.