LA CARRERA HACIA LA CASA BLANCA

Entusiasmo por Sanders

El candidato más izquierdista entre los aspirantes demócratas a presidir EEUU congrega multitudes en sus mítines airados -- Está enfadado e impugna los mitos del sueño americano

Sanders (en la pantalla) interviene 'on line' en una convención en New Hampshire.

Sanders (en la pantalla) interviene 'on line' en una convención en New Hampshire.

RICARDO MIR DE FRANCIA / WASHINGTON

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Bernie Sanders se está acostumbrando a llenar aforos, y el mes pasado, en Manassas (Virginia), no fue una excepción. Apiñadas en el recinto o desparramadas por la ladera, unas 3.000 personas acudieron a escuchar al quijote de esta pugna por la nominación demócrata, un judío neoyorquino de 74 años que promete una revolución política y quiere hacer de Estados Unidos una reencarnación de la Suecia de Olof Palme. «Me gusta porque no tiene trampa, lleva diciendo las mismas cosas desde los años 90», decía la investigadora del clima, Heather Archambault. «¿Tiene alguna posibilidad? Tampoco nadie apostaba un dólar por Obama a estas alturas».

El entusiasmo que ha generado la candidatura de Sanders, especialmente entre las clases medias blancas, es la gran novedad de estos primeros compases de la campaña demócrata. Una campaña que anoche iba a enfrentar por primera vez en un debate televisado a los cinco aspirantes para la nominación. La exsecretaria de Estado Hillary Clinton se mantiene como indiscutible favorita pese al ruido que la rodea por las investigaciones de Bengasi y el asunto de los 'e-mails'. Más allá de Sanders, no tiene competencia. Al exsenador Jim Webb y al exgobernador Lincoln Chafee, que comenzaron sus carreras como republicanos, no los conoce nadie, mientras el exgobernador de Maryland Martin O'Malley no logra despegar en las encuestas. Y eso que es prácticamente el único que está atacando a sus rivales en una campaña más  parecida hasta ahora a un cóctel entre caballeros. Especialmente si se la compara con el jugoso, bronco y lenguaraz 'reality show' republicano.

Frente a la frialdad mecánica y el tacticismo estudiado de Clinton, Sanders truena como un relámpago. Está enfadado e impugna los mitos del sueño americano. Fustiga a los bancos y a la «clase billonaria», y promete sanidad universal, una universidad pública y subidas de impuestos para invertir la curva de la desigualdad. Como recurso oratorio, usa números y clasificaciones para comparar la realidad de EEUU con el resto del mundo. A la izquierda demócrata ya parece haberla convencido, ahora tiene que darse a conocer entre el resto del país.

«Sin duda tiene que sonreír más, pero habla de cosas sustanciales que otros ignoran. Ha estado fantástico», decía tras el mitin de Manassas Denis Delehanty, un funcionario retirado del Departamento de Estado. «Los medios están tratando de presentarlo como un izquierdista radical pero en los 60 hubiera parecido un centrista». Los analistas insisten en que sus opciones son nulas, por algo tan sencillo como definirse como «socialista» en un país donde el concepto es anatema.

GIRO A LA IZQUIERDA

El senador por Vermont no se esconde. «¿Es usted capitalista?», le preguntaron el domingo en 'Meet The Press'. «No, soy un socialdemócrata», respondió. En cualquier caso, la campaña de Clinton sí le está tomando en serio, tras ver como la superaba en las encuestas en New Hampshire, cómo empieza a recaudar casi tanto como ella a base de pequeñas donaciones o cómo ha llegado a congregar aforos de más de 40.000 personas. En las últimas semanas Hillary ha girado abruptamente a la izquierda en algunas de sus posiciones políticas para recuperar apoyo entre las bases más populistas.

Por ejemplo, se ha posicionado en contra del tratado Transpacífico de Libre Comercio (TPP), a pesar de que ella misma ayudó a negociarlo durante su etapa de cancillera, y también contra el oleoducto Keystone XL, que pudo haber abortado en su día, ya que la última palabra sobre su construcción recaía en su departamento.

Puede, sin embargo, que el principal riesgo para Clinton provenga del vicepresidente Joe Biden, que todavía no ha decidido si se presentará a la nominación, después de perder a su hijo por un cáncer este mismo año.